El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador le restó importancia el lunes a la declaración que realizó su par estadounidense Joe Biden quien se mostró dispuesto a cerrar la frontera entre Estados Unidos y México si los legisladores le envían un acuerdo fronterizo.
Durante su conferencia matutina López Obrador afirmó que la propuesta es “muy demagógica” y aseguró que no tendría viabilidad considerando el intenso intercambio comercial que mantiene Estados Unidos con México, que es su principal socio comercial. “No se podría pensar que esa es una solución. Imagínese el nivel de integración comercial”, manifestó .
Sin embargo, el mandatario mexicano se mostró solidario con Biden y expresó que lo respetaba mucho y entendía la circunstancia.
López Obrador dijo que no aceptaría que “políticos deshonestos” usen a México como “piñata” para enfrentar la problemática del fentanilo en Estados Unidos y la ola migratoria en medio de la campaña electoral.
Biden reiteró el sábado, durante un acto de su partido en Carolina del Sur, que cerraría la frontera “ahora mismo” si el Congreso aprobaba un acuerdo que se está negociando desde hace semanas y que requeriría que Estados Unidos cierre la frontera si aproximadamente 5,000 inmigrantes cruzan sin autorización legal en un día determinado. El año pasado algunos totales de un día superaron los 10,000.
El proyecto no ha sido acordado formalmente por demócratas y republicanos en el Senado y enfrentaría un futuro incierto en la Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano.
La ola migratoria que ha enfrentado en los últimos meses Estados Unidos en su frontera sur se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración de Biden y es uno de los temas de preocupación de los votantes estadounidenses de cara a las elecciones de este año.
Funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y México se reunieron el 27 de diciembre y el 19 de enero en la capital mexicana y Washington para definir políticas conjuntas en materia migratoria.
Los encuentros se dieron luego de una llamada telefónica que realizó Biden a López Obrador para manifestarle su inquietud por la ola migratoria que mantenía saturada en diciembre la frontera sur de Estados Unidos, donde llegaron a reportarse diariamente 10,000 cruces irregulares, lo que obligó a las autoridades estadounidenses a cerrar algunos pasos fronterizos. Tras la primera reunión la cifra de cruces diarios descendió bruscamente a unos 2.500 a comienzos de enero.