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Agentes de un centro de detención de migrantes en Massachusetts hicieron uso excesivo de la fuerza al usar gas pimienta, perros entrenados y una granada aturdidora luego de que varios de los detenidos se negaron a hacerse la prueba de COVID-19, según un informe estatal publicado el martes.
En un informe incisivo, la fiscalía estatal de Massachusetts determinó que el departamento de policía del condado de Bristol violó los derechos civiles de los detenidos por delitos migratorios federales en un centro en Dartmouth después de que algunos realizaron destrozos durante un altercado en mayo.
El reporte dijo que algunos reclusos arrojaron sillas de plástico a los agentes y que dañaron la propiedad, pero reconoció que el lugar estuvo en calma durante una hora antes de que varios agentes ingresaran e hicieran uso de fuerza excesiva.
La procuradora estatal Maura Healey instó al Departamento de Seguridad Nacional a rescindir su contrato con la policía del condado y amenazó con demandar a ese cuerpo policial si no implementa cambios.
“Esta insensible indiferencia por el bienestar de los inmigrantes detenidos es inaceptable y debe abordarse mediante las reformas importantes que describimos en nuestro informe”, dijo Healey en un comunicado.
La policía del condado dijo que defiende sus acciones y que aguarda los resultados de una “investigación verdaderamente independiente” por parte de funcionarios federales de inmigración. Calificó el reporte de Healey de un “truco con motivaciones políticas” que intenta satanizar a los agentes del orden.
El informe “está plagado de acusaciones y suposiciones infundadas, y fue escrito y publicado claramente para promover su agenda política en favor de los inmigrantes ilegales y en contra del ICE, como ha sido documentado desde hace mucho tiempo”, dijo la policía del condado en un comunicado. ICE son las siglas en inglés del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.
Previamente, un funcionario federal de inmigración elogió a la policía del condado porque “respondió rápida y profesionalmente para mitigar una situación volátil, limitando lesiones y daños mayores a las instalaciones y restableciendo el orden”.
La investigación de Healey se centró en un altercado del 1 de mayo que involucró a 25 detenidos en un ala reservada para personas a cargo del ICE. Después de que 10 mostraran síntomas de COVID-19, los agentes trataron de sacarlos del ala y aislarlos hasta que dieran negativo.
Algunos detenidos se negaron a dejar sus literas por temor a exponerse al virus en la unidad médica del centro, de acuerdo con los hallazgos de los investigadores. Otros hablaban poco inglés y no entendían lo que estaba pasando.
La situación empeoró cuando estalló una pelea entre el jefe de policía y un recluso que estaba usando un teléfono cercano para llamar a su abogado. Algunos de los presos y varios agentes se sumaron al pleito y estalló un altercado, dijeron los investigadores.