Un hombre afroamericano que corrió desnudo por las calles de una ciudad del estado de Nueva York murió asfixiado cuando los policías le cubrieron la cabeza con una capucha y presionaron su rostro contra el piso durante dos minutos, según videos y documentos difundidos por la familia del fallecido.
Daniel Prude falleció el 30 de marzo al ser desconectado de las máquinas en el hospital, siete días después del incidente en Rochester. El fallecimiento no recibió atención pública sino hasta el miércoles, cuando su familia dio una conferencia de prensa y entregó videos tomados de las cámaras corporales de los policías y registros policiales obtenidos tras solicitudes legales.
“Llamé a la policía para que ayudaran a mi hermano, no para que lo lincharan”, expresó el hermano de Prude, Joe Prude, en la conferencia de prensa.
“¿Cómo es posible que no se hayan dado cuenta que él estaba indefenso, desnudo, en el piso, esposado? ¿Cuántos hombres negros deben morir para que la sociedad se dé cuenta que esto debe cesar?”, añadió.
Los videos muestran a Prude, desnudo, acatando las órdenes de los policías de arrodillarse y colocarse las manos en la nuca. Se ve que Prude está agitado y gritando, sentado en el pavimento y esposado, en medio de una nevada ligera. “¡Dame tu pistola, la necesito!”, grita.
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Los policías le colocan una capucha especial para protegerse de la saliva de un detenido. En esa época apenas comenzaba a sentirse la crisis del coronavirus en el estado de Nueva York.
Prude le exige a los policías que le quiten el gorro, pero los agentes lo tumban al piso y uno de ellos, de raza blanca, le oprima la cabeza contra el pavimento con las dos manos y le dice “¡Cálmate!” y “¡Deja de escupir!”. Otro agente le pisa la espalda con su rodilla.
“¡Están tratando de matarme!” exclama Prude, su voz cada vez menos audible bajo la capucha. “OK, paren, necesito que paren, necesito que paren”, suplica Prude antes de emitir solamente gemidos y gruñidos.
Los oficiales parecen consternados al ver que Prude ya no se mueve, está silente y le sale agua por la boca. “Hombre, ¿estás vomitando?”, le pregunta uno de los policías.
Otro comenta que Prude ya llevaba largo rato a la intemperie, desnudo. Otro dice: “Está bastante frío”.
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Su cabeza llevaba apretada contra el pavimento más de dos minutos, según muestra el video.
Los policías le quitan la capucha y las esposas y llaman a los paramédicos, que le practican resucitación cardiopulmonar y lo llevan a una ambulancia.
Los expertos desde algún tiempo han investigado denuncias de que las capuchas y la saliva han causado la muerte de detenidos, tanto en Estados Unidos como en otros países.
El médico forense determinó que la causa de muerte fue homicidio causado por “complicaciones de una asfixia en el contexto de restricción física”. Fueron factores en el deceso el delirio psicótico y la intoxicación a causa de fenciclidina, una droga conocida como PCP.
Prude era de Chicago y recién había llegado a Rochester a visitar a su hermano. Antes de llegar a la ciudad fue expulsado del tren por su conducta errática, según un reporte interno.
Los policías de Rochester detuvieron a Prude para una evaluación psiquiátrica a eso de las 7 p.m. del 22 de marzo debido a que expresó intenciones suicidas, unas ocho horas antes de su encuentro con los policías, pero el hermano dijo que Prude estuvo sólo unas horas en el hospital, dicen los documentos.
La policía volvió a acudir a la vivienda a eso de las 3 a.m. cuando Joe Prude llamó para reportar que su hermano se había ido de la casa. La ciudad de Rochester suspendió su pesquisa del suceso cuando la fiscalía del estado inició su propia investigación en abril.