Tres mujeres más demandaron a Uber por el “racismo y sexismo que se vive al interior de la empresa”. Esta vez, las acusaciones llegaron a tribunales de San Francisco.
Ingrid Avendano, Roxana del Toro López y Ana Medina son ingenieras latinas. Argumentan que las mujeres y las personas de color son "sistemáticamente infravaloradas" como parte del sistema de revisión de desempeño.
Como resultado, tienen menores oportunidades de ascenso, menos beneficios y una remuneración desigual, en comparación con la recibida por los hombres. Ahora demandan ser compensadas con bonos.
De confirmarse los hechos, Uber se hundiría aún más. Se ha señalado que sus procesos de selección de personal no son rigurosos y no garantizan la seguridad de sus viajeros.
Además, no es la primera vez que son demandados por sexismo. En febrero, la ingeniera susan J. Fowler acusó a un gerente de acoso sexual.
“En mi primer día oficial, mi nuevo gerente me envió una serie de mensajes en el chat de la empresa. Estaba en una relación abierta, dijo, y a su novia le estaba siendo fácil encontrar nuevas parejas pero a él no. Estaba tratando de no meterse en problemas en el trabajo, dijo, pero no podía evitarlo, porque estaba buscando mujeres con las que tener relaciones sexuales”.
“Estaba claro que estaba tratando de hacerme tener relaciones sexuales con él, y estaba tan claramente fuera de línea que tomé capturas de pantalla de estos mensajes de chat y informé a Recursos Humanos”, narró.
En junio, una investigación independiente, dirigida por el ex fiscal general Eric Holder, concluyó que Uber necesitaba renovar la forma en que realiza sus revisiones de desempeño y así "eliminar el sesgo".
"Para evitar una aplicación injusta y restaurar la confianza de los empleados, Uber debe tomar medidas para eliminar el sesgo y el uso indebido del proceso de revisión", dijo Holder a Forbes.