Dejar propina en los restaurantes o establecimientos a cambio de un servicio no es obligatorio, según dice la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), aunque así lo hagan parecer.
Con el fin de prevenir abusos contra los usuarios, la Profeco dice que este tipo de pagos extras son una recompensa voluntaria por el servicio o trato, pero no es una obligación de los consumidores.
“Los restaurantes no pueden exigir propina, ésta es una gratificación voluntaria y no puede incluirse en la cuenta sin consentimiento del consumidor”, destaca la procuraduría.
La propina es una opción de los consumidores, así como la cantidad y la forma en que la dejarán, ya sea dentro de la cuenta o de forma separada.
Que la exijan es ilegal y los usuarios pueden emitir una denuncia en contra del lugar en cuestión, así como de los empleados que la piden.
En caso de que así lo quieran, los usuarios de restaurantes, bares, cafeterías o establecimientos similares son libres de dejar la cantidad que quieran o que consideren bien para su economía.
Por años se ha tenido la creencia de que se debe dejar un mínimo del 10 por ciento del total de la cuenta final, pero la Profeco desmiente que el monto se tenga que cubrir por obligación: “Tú decides si quieres dar propina y tú estableces el monto”, señala.
El pago de la propina es una influencia de lo que se da en Estados Unidos, aunque a menos porcentaje.
En dicho país la propina es parte del sueldo de los empleados de bares, cafeterías o restaurantes, por lo que, más allá de una cortesía, obligadamente se deja una propina superior al 20 por ciento.
Dejar el 10 por ciento en Estados Unidos es una ofensa, tanto para el empleado como para el establecimiento en cuestión.