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No puedes soltar tu teléfono por contestar mensajes en WhatsApp. No imaginas cómo sería un día sin entrar a tu perfil de Facebook y recientemente abriste tu cuenta de Instagram porque tus amigos se han unido poco a poco a la red social.
Sin embargo, jamás descargarías Snapchat. “¿Por qué?, ¿para qué sirve?”, son preguntas que probablemente te has hecho. Estás harto de ver a personas con orejas de perrito y no entiendes por qué tus hijos pasan horas tomándose fotografías y haciendo caras graciosas frente al celular.
Los usuarios de Snapchat son más de 200 millones, pero el 60% son menores de 25 años y una cuarta parte aún no se ha graduado de la preparatoria, según los datos de Statics Portal. ¡Solo el 2% tiene más de 55 años!
Un estudio de la Universidad de Michigan reveló que Snapchat es la red social que hace más feliz a sus usuarios, ya que se “usa para comunicarse de forma espontánea y agradable con sus amigos amigos cercanos”. Los filtros de máscaras virtuales son usados para transformar sus rostros y pasar momentos divertidos.
Pero esta felicidad prometida es incomprensible para algunos padres, ¿por qué? Snapchat reúne una serie de elementos multimedia que podrían complicar su uso para los mayores. Fotografías, videos, montajes, y mensajes textuales pueden colgarse en la red social. Pero hay un elemento característico: las publicaciones desaparecen después de 24 horas (o menos, si el usuario así lo desea)”.
Lo efímero y espontáneo de los contenidos puede no empatar con los adultos. Además suelen convertir el humor en vergüenza. A casi nadie le gustaría que su jefe lo viera con una corona de flores u orejas de perro.
Pero las redes sociales siempre pueden usarse con responsabilidad. Tú decides qué compartir y qué no. Puedes compartir momentos con tu familia y no mostrárselos a nadie. En nuestra galería, te dejamos una guía para hacerlo.
