Este 2019, Estados Unidos está sufriendo una importante crisis en los precios del agua y en su servicio a través de varias ciudades.
De acuerdo con un análisis hecho por Bluefield Research, desde 2012, los precios de agua han aumentado un 31 por ciento, superando así la inflación que enfrenta el país.
También, estas estadísticas marcan el octavo año consecutivo de notables aumentos en las facturas de agua y alcantarillado por casa, con un promedio de $104 dólares al mes, más que los presupuestos dirigidos a comestibles, electricidad o gasolina, asegura la Oficina de Estadísticas Laborales.
Las principales ciudades afectadas son El Paso, Texas; San Diego, San Francisco, San José, California; Cleveland, Ohio; Durham, Carolina del Norte; Portland, Maine; Portland Oregón y Lowell en Massachusetts, entre otros más.
La razón
El país está sufriendo aumentos en el precio del agua y sus servicios derivados debido a fallas en la infraestructura antigua, medida en más de 1 millón de millas que no pueden ser actualizadas por falta de fondos.
La mayoría de estas tuberías fueron colocadas en el siglo XX, con una vida útil de 75 a 100 años, señala la Sociedad Estadounidense de ingenieros Civiles y tras las notables fallas, algunas ciudades como Flint en Michigan y Newark en Nueva Jersey, han solicitado bonos millonarios para hacer las reformas a largo plazo.
Aunado a esto, el <span ><strong>cambio climático</strong></span> juega un papel importante en los precios:
'Inasequibilidad' en aumento
Aunque el agua es un recurso básico que la mayoría de los estadounidenses gozan, en próximas fechas esto puede cambiar.
Basados en datos de Bluefield, la Universidad Estatal de Michigan estima que el agua ya no es asequible en al menos uno de cada 10 hogares de Estados Unidos y la tendencia va a aumentar en los siguientes años.
Se prevé que los costos se tripliquen a más del 30 por ciento en menos de cinco años, debido a que no hay una regulación federal que garantice el derecho o asequibilidad del agua, los usuarios deben tomar sus medidas para pagar los servicios públicos y así evitar el corte del servicio.
En caso de hogares con bajos ingresos, los gobiernos estatales promueven acciones para cubrir facturas basadas en el ingreso y no en el uso del servicio de agua potable o alcantarillado.