Si bien el gobierno de Estados Unidos está comprometido con apoyar financieramente a sus ciudadanos más afectados por la pandemia de coronavirus, un nuevo estudio asegura que hay brechas sociales que impiden que todos reciban dichas ayudas.
En medio de las negociaciones en el Congreso para emitir el segundo cheque de estímulo y de las múltiples opciones a considerar, el Centro de Política Fiscal realizó un estudio para evaluar la implementación de los primeros pagos emitidos con la Ley CARES de abril a inicios de julio.
Según la investigación, el objetivo de la legislación se cumplió y los cheques de estímulo fueron un éxito en varios sentidos, no obstante, tuvo “disparidades” significativas por ingresos, raza, ciudadanía y etnia al momento de ser repartidos.
Afroamericanos, latinos y personas de bajos recursos tuvieron menos probabilidades de recibir los cheques de estímulo con un valor de $1,200 dólares, indica el informe.
Tan sólo seis de cada 10 adultos con ingresos iguales o inferiores al nivel federal de pobreza informaron haber recibido los cheques.
En tanto, el 74 por ciento de los adultos blancos encuestados informaron haber recibido sus apoyos, mientras que un 69 por ciento de adultos negros y el 64 por ciento de los hispanos no los recibieron.
El estudio indica varias razones por las cuáles no fueron entregados los apoyos, entre ellas destaca la falta de una cuenta bancaria y acceso a internet.
Dentro de las comunidades latinas, algunos adultos no fueron elegibles porque ellos o sus familiares eran indocumentados o no contaban con la residencia estadounidense al momento de la repartición.
Asimismo, se cree que la declaración de impuestos intervino con la elegibilidad del primer estímulo, debido a que el Servicio de Impuestos Internos, la agencia encargada de enviar el dinero, utilizó las declaraciones de impuestos de 2018 y 2019 para determinar la cantidad de dinero a repartir y los sectores de la población beneficiados.
Las personas cuyos ingresos están por debajo del nivel federal no están obligadas a presentar declaraciones por lo que no fueron considerados.
Para el momento que se emitan los segundos pagos de alivio, se estima que se presenten las mismas disparidades, por lo que los legisladores del Congreso deberán tenerlos en cuenta durante el proceso de aprobación de la nueva ley.
El informe del Centro de Política Fiscal sugiere eliminar estas barreras de elegibilidad y distribución del dinero a través de una canalización de pagos a personas no declarantes de impuestos por medio de agencias estatales que administran el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria o por los beneficios de Medicaid.
Por su parte, las personas que no cuentan con tarjetas bancarias podrían recibir tarjetas de débito prepagadas con el nombre del Departamento del Tesoro y con el nombre del beneficiario para evitar confusiones con el correo “basura” o con los destinatarios.
Luego de considerar varias propuestas de ley para ayudar a millones de estadounidenses afectados por el coronavirus, el Senado junto a la Cámara de Representantes del Congreso debe trabajar en un proyecto específico y tenerlo listo para el 31 de julio.
Una vez que los miembros del Congreso tengan la resolución, la cámara baja entrará en un receso el 3 de agosto, una semana antes que los senadores para que el presidente Donald Trump lo revise y firme antes de septiembre de 2020.
Los bonos comenzarían a ser repartidos al menos dos semanas después de oficializar el proyecto, tal y como sucedió con la aprobación de la Ley CARES en marzo y la repartición que comenzó las primeras dos semanas de abril y se extendió hasta junio.
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