Un joven mexicano de 28 años es presidente y fundador de una de las empresas constructoras de drones más importantes de Estados Unidos, después de que salió de México rechazado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) donde no aprobó sus exámenes de admisión.
Jordi Muñoz ha sido reseñado por medios internacionales como Forbes, Business Insider y la BBC, gracias a que opera con éxito una empresa ensambladora de drones con operaciones en Tijuana, San Diego y Berkeley y Austin.
La historia de 3D Robotics data de 2007, cuando Jordi Muñoz se estableció en California y armando clones cono hobbie en su garage llamó la atención del editor de tecnología Chris Anderson, quien le ofreció ayuda económica para montar el negocio.
En el año de 2012, 3D Robotics recibió una inversión de capital por 5 millones de dólares, que se suman a otros 30 millones de dólares que recibió la empresa para su expansión en 2014.
Actualmente, Jordi Muñoz tiene 29 años y ha logrado vender con 3D Robotics decenas de miles de dólares, bajo un modelo de negocio con el que ofrece drones de catálogo y producir modelos personalizados.
La historia de Jordi Muñoz como empresario comenzó con su fracaso en varios intentos por ingresar al IPN para estudiar Aeronáutica, tras lo cual regresó a Tijuana para desarrollar de manera autodidacta la electrónica, el desarrollo de código y su pasión por volar.
La compañía 3D Robotics ahora tiene una plantilla de 357 trabajadores, cuyo centro de operaciones se encuentra en la ciudad de San Diego.
Los modelos de 3D Robotics son considerados como los más sencillos para volar, y están entre los más económicos del mercado, con precios que van desde los 750 dólares.
Entre las innovaciones a la industria de los drones, 3D Robotics ha contribuido con un sistema operativo que permite utilizar drones como cámara aérea de manos libres.