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Mar-A Lago, el club de golf y residencia de Donald Trump en Miami Florida se ha convertido en la sede alterna de la Casa Blanca, y ya le llaman “The Winter White House” por la costumbre que tiene el presidente de pasar prácticamente cada dos semanas un wekeend ahí, en lugar de la residencia oficial en Washington como lo han hecho hasta antes que él todos los presidentes.
Durante su campaña Trump criticó duramente que Barack Obama jugara golf e hiciera viajes a costa del erario público, sin embargo, apenas iniciado su mandado, el republicano ya supera por mucho a su criticado antecesor y de continuar las cosas así el gasto en viajes del presidente sería astronómico y sin comparación en la historia moderna de los gobernantes de Estados Unidos
Cada viaje a Mar-A-Lago le cuesta al erario público 3 millones de dólares, y si bien es verdad que ha aprovechado los viajes para recibir a algunos mandatarios internacionales, también es verdad que pudo haber realizado estas funciones presidenciales en la Casa Blanca sin aumentar el gasto.
En sus 8 años de gobierno Barack Obama gastó 98 millones de dólares en viajes, un promedio de 12 millones por año, mientras que las proyecciones del gasto por este concepto para el actual presidente se tienen en 438 millones en cuatro años.
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