Desde hace semanas te sientes mal en tu trabajo. Después de pensarlo mucho, has llegado a la conclusión de que deseas renunciar. Sin embargo, no quieres aventurarte al desempleo. Las oportunidades de trabajo son escasas y tienes gastos que cumplir. ¿Qué hacer entonces?
La red social LinkedIn estudió a siete millones de sus usuarios y elaboró el reporte “¿Por qué y cómo las personas cambian de trabajo?”. Llegaron a la conclusión de que el dinero no siempre es lo más importante en el mundo laboral.
La mayoría de las personas renunció a las empresas porque ofrecían poco espacio para el crecimiento profesional. La segunda causa de renuncias fue un mal liderazgo. Sus jefes exigían más trabajo, pero no encontraban una guía en ellos.
Otras razones fueron la mala cultura laboral, la falta de retos creativos y los bajos sueldos. Los expertos de la red de negocios recomiendan no caer en vicios laborales y cambiar de empleo cuando ya no haya suficientes motivaciones para estar ahí.
“Todos los trabajos tienen un ciclo. Cuando entras te sientes inseguro y el proceso de aprendizaje parece ser eterno. Después realizas bien tu trabajo y poco a poco lo haces con maestría. La etapa final es aquella en la que ya no queda nada por aprender”.
Si estás decidido a buscar un nuevo trabajo, deberás ingeniártelas para ir a las entrevistas. El sitio Mental Floss da una serie de consejos para que tus excusas no resulten sospechosas. Olvídate del pretexto de las constantes citas médicas y conoce una nueva guía en nuestra galería.