Hasta el momento, los temblores han sido de pequeña escala y han causado poco daño a las estructuras urbanas, pero los sismólogos advierten que las sacudidas pueden incrementarse dramáticamente y provocar sismos mayores.
La industria de gas y petróleo, que utiliza el método conocido como “fracking” o perforación de roca, ha manifestado que estas conclusiones, en la que se le responsabiliza de los temblores registrados en zonas donde no solían ocurrir antes, necesitan mayores estudios.
En el estado de Oklahoma solían ocurrir 2 temblores al año de 3.0 grados Richter, ahora ocurren dos al día. El norte de Texas se ha visto sacudido también por temblores muy cerca de áreas densamente pobladas como Dallas Y Fort Worth.
Desde el 2008 se tienen registrados más de 100 temblores en el estado.
Otros estados norteamericanos que han reportado un incremento en movimientos sísmicos en donde antes era raros son Alabama, Arkansas, Colorado, Kansas, Nuevo Mexico, y Ohio.
El temblor más significativo ligado a la actividad petrolera ocurrió en 2011 en Prague Oklahoma, al norte de Texas, fue de 5.6 grados Richter y daño 200 edificios y sacudió un estadio de fútbol.
Las imágenes del más reciente terremoto en Nepal esta semana, obligan a reflexionar sobre la actividad sísmica en estos estados del país, en donde la preparación para un evento de esta naturaleza es prácticamente inexistente.
Con información de CNBC y The Daily Beast.
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