Elon Musk es actualmente la persona más rica del mundo y uno de los empresarios más mediáticos y polémicos de los últimos años.
Además de su fortuna a tiempo real de $278.4 mil millones de dólares, según estimaciones de Forbes, obtenida a través de sus múltiples negocios como Tesla, Neuralink y SpaceX, también es famoso por sus múltiples romances con modelos, cantantes y actrices, así como por los hijos que sigue procreando.
Dejando a un lado su vida amorosa, su vida personal e inteligencia han influido en gran medida para que se convirtiera en el magnate que es hoy.
Elon comenzó a desarrollar sus habilidades en la tecnología desde muy pequeño y aprendió a negociar con su talento.
El nacido en Pretoria, Sudáfrica, demostró su talento a los 12 años, cuando codificó y vendió su primer videojuego por $500 dólares
Durante los siguientes años aprovechó su genio y habilidad en los negocios para hacer crecer sus empresas dedicadas a la tecnología, ciencia espacial y neurológica.
A los 24 años, junto a su hermano Kimbal Musk, Elon fundó Zip2, un servicio de rastreo y directorio comercial con mapas. Lo vendieron por $307 millones.
Más tarde cofundó X.com, después nombrado como PayPal, con parte de las ganancias de Zip2, y lo vendió a EBay por $1.5 millones de dólares en 2002, al ser el accionista mayoritario obtuvo una ganancia de $180 millones.
Mucho se ha debatido sobre la forma en que Elon se convirtió en multimillonario. Sus desertores han dicho que obtuvo el apoyo de su millonario padre, Errol Musk, que dedicó gran parte de su vida a la ingeniería y a la administración y explotación de minas de esmeralda en Sudáfrica.
Sin embargo, Elon ha destacado en varias entrevistas que no obtuvo capital de su padre para fundar ninguna de sus empresas y que, por el contrario, apenas sobrevivió con poco dinero durante la universidad.
En una entrevista en StarTalk Radio, Musk reveló que había momentos en el que se mantenía con un dólar por día, comprando alimentos al por mayor en el supermercado como hot dogs y naranjas aunque llegaba a hartarse de la misma comida por días.
“Terminé la universidad con una deuda estudiantil de $100 mil dólares. Ni siquiera podía pagar una segunda Pc en Zip2, dijo en un tweet.
Su madre Maye Musk también ha dicho que Elon y su hermano Kimbal Musk vivieron limitados de recursos cuando llegaron a Estados Unidos y que en general la riqueza de su padre no influyó en sus hijos.
“Mis hijos se beneficiaron porque me vieron trabajar duro sólo para poner un techo sobre nuestras cabezas, poner comida en nuestros estómagos y comprar ropa de segunda mano”, dijo la modelo en su libro A Woman Makes a Plan.
“Cuando iban a la universidad vivían en condiciones bastante precarias: colchón en el suelo, seis compañeros de piso o en una casa en ruinas. Pero estaban bien con eso. Si tus hijos no están acostumbrados a los lujos, sobreviven bien. No es necesario estropearlos”.
A diferencia de otros millonarios que dejaron la escuela para perseguir sus sueños, durante su preparación profesional, Elon logró concluir la universidad; antes de viajar a Estados Unidos estudió en la Universidad de Pretoria y posteriormente sumó dos títulos en economía y física en la Universidad de Pensilvania.
Cuando tenía 24 años, Musk decidió estudiar un doctorado en física en la Universidad de Stanford, pero su talento hizo que cambiara de opinión para dedicarse a la tecnología. En esos años estaba el auge del internet y aprovechó el tiempo para desarrollar Zip2. Elon dejó Stanford a las 24 horas de haber entrado.
Musk tiene una ideología de trabajo bastante centrada en el deber, es por eso que no se toma vacaciones y el tiempo libre que tiene trata de invertirlo en el desarrollo y lanzamiento de nuevas ideas que arrasan en la industria tecnológica, en especial a través de su empresa Tesla.
“En realidad casi todo mi tiempo, como el 80 por ciento, lo paso en ingeniería y diseño desarrollando productos de próxima generación”.
En una entrevista con Recode Decode dijo que no suele descansar y que de hecho cree que las vacaciones “podrían matarlo” o le harían trabajar a marchas forzadas previamente, lo que no podría hacer porque no tiene tiempo.