Una fuente cercana a la compañía Carrier afirmó que el presidente electo Donald Trump llamó al directivo de la empresa, Greg Hayes hace unos días para pedirle que reconsiderara su decisión de cerrar su planta en Indiana para reabrirla en el estado mexicano de Nuevo León, de acuerdo con Fortune.
Hayes explicó que los trabajos eran de bajo salario y que tenía una constante rotación de personal por lo que era necesario mudarlos para mantener a la empresa competitiva, de acuerdo a la fuente, y que esto le ahorraría 65 millones de dólares anuales.
Pero Trump habría argumentado que esos 65 millones que se ahorraría eran comparables a la reducción de impuestos para corporaciones que planeaba establecer como lo había prometido en su campaña.
Además, Trump habría amenazado con elevar las tarifas a los productos que fabricara Carrier en México para vender en Estados Unidos.
Al final de la conversación el CEO de Carrier habría aceptado trabajar con el Vice-Presidente Mike Pence para ver que se podía hacer.
El acuerdo retendría 800 empleos de manufactura en la planta de Indiana que se mudarían a México, así como otras 300 posiciones de ingeniería.