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Con las producciones de Hollywood suspendidas, estadios deportivos vacíos y bares cerrados, California es el estado con más solicitudes de beneficio por desempleo, entre los por la pandemia del coronavirus.

Aquí las historias de esta crisis en California

En cualquier otro momento, el show tendría que continuar.

Pero la producción de la película donde trabaja Zach Matchem paró abrutamente, al igual que muchas otras en Hollywood, debido a las reglas de distanciamiento social para evitar la propagación del virus.

"Nadie está trabajando en este momento", dijo a la AFP Matchem, de 32 años. "Todos estamos en casa esperando que nos autoricen reuniones en grupos para retomar los trabajos".

Entre los que participan en la producciones paralizadas "hay mucho pánico", asegura, aunque grandes empresas como Netflix y Amazon siguen apoyando a los quedaron en el limbo.

Matchem, un mezclador de sonido independiente, depende ahora de los planes de ayuda del gobierno y de sus ahorros personales hasta que Hollywood reabra sus puertas.

El temor generalizado es que "Hollywood permanezca cerrado por muchos meses (...) lo que sería financieramente catastrófico para mucha gente".

"Por ahora es el ciego guiando al ciego".

Cuando las autoridades de California ordenaron cerrar todos los bares el mes pasado, Bobby Hooper no solo perdió un trabajo... perdió tres.

"Es una locura", dijo el hombre de 34 años que atendía un bar y un salón de cócteles en Los Ángeles, y era además gerente de un flamante bar-restaurante de la vecina North Hollywood, donde pasó meses planeando su gran lanzamiento para finales de febrero.

"Estábamos muy emocionados por la gran apertura", explicó. "Todos nuestros amigos vinieron, pero esto duró apenas como dos semanas y media y tuvimos que cerrar".

Los 40 empleados todavía cumplían períodos de prueba cuando cerró por lo que no tuvieron que hacer ningún pago por liquidación, aunque Hooper elogió al dueño del local por ayudar al personal a solicitar los beneficios sociales.

"¡Me siento mal por él! Puso millones de dólares en ese local", indicó. "En las buenas y las malas, la gente quiere beber, por lo que un barman siempre tendrá trabajo hasta que, tu sabes, ¡llega un virus pandémico!".

Sylvia Sosa tiene más de cuatro décadas sirviendo bebidas y aperitivos en el estadio de béisbol de los Dodgers de Los Ángeles, pero con el inicio de la temporada postergado, se ha visto obligada a solicitar el desempleo.

"Este es el primer juego de apertura que me he perdido en 44 años", dijo.

A diferencia de otros equipos locales como los Lakers de baloncesto y los Kings de hockey sobre hielo, los Dodgers no proporcionaron ninguna ayuda financiera a sus empleados.

Sosa se enfrenta a la pérdida de su seguro médico y a la lucha por alimentar a sus hijas y nietas.

"Estoy tan dolida que los Dodgers no hayan salido a apoyarnos", dijo Sosa. "Siento que acaban de darle la espalda a los empleados".

Las galerías de arte en la famosa playa de Venice Beach normalmente se llenan de visitantes.

Pero con los turistas y coleccionistas quedándose en casa, la diseñadora de marcos Leticia Bartelle Lorenzini se ha sumado al paro hasta que su tienda pueda reabrir.

"Esperamos que la tienda pueda abrir a principios de mayo", dijo. "Personalmente no creo que eso vaya a suceder".

Y con el dinero apretado ve que el proceso de recibir beneficios parece preocupantemente lento.

"No sabes si el sistema va a colapsar, si van a poder pagar a toda esta gente... me asusta un poco".

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