Daniel Norris es uno de los atletas más talentosos y aclamados de los últimos tiempos.
Consiguió un contrato de $2 millones de dólares por temporada como beisbolista profesional a los 18 años con los Toronto Blue Jays, más un jugoso contrato con la marca deportiva Nike.
Tras permanecer con el equipo hasta 2015, el bateador estrella firmó un contrato similar con los Tigres de Detroit, el cual mantiene hasta el momento y le ha agregado unos cuantos millones más a su cuenta bancaria.
El joven de 27 años tiene la posibilidad de gastar como las grandes estrellas deportivas del mundo como Lionel Messi o Saúl Canelo Álvarez. Sin embargo, el jugador estadounidense decidió mantenerse a bajo perfil desde sus primeros años de carrera.
En 2015 atrajo la atención mediática al darse a conocer que vivía dentro de una camioneta Volkswagen modelo 1978 y no en una millonaria mansión.
Poco después de firmar con los Toronto Blue Jays, Norris reveló que su más grande sueño era comprar una camioneta con sus primeros pagos.
Cuando lo hizo realidad, cambió su residencia y se instaló en el vehículo, adaptándolo a sus necesidades para no depender de una casa completa.
“Sabía después de firmar que iba a comprar una camioneta Volkswagen. Era el coche de mis sueños”, dijo a al medio GrindTV.
El vehículo le costó cerca de $10 mil dólares y lo apodó Shaggy.
Durante los entrenamientos de pretemporada el jugador prefiere quedarse en su camioneta dentro de un estacionamiento en comparación a sus compañeros, los cuales suelen hospedarse en lujosos hoteles y apartamentos, reveló ESPN en 2015.
Si bien sus salarios por temporada son millonarios, al mes le solicita a sus asesores financieros que le depositen sólo $800 dólares a su cuenta corriente para cubrir sus gastos básicos y el combustible. El resto del dinero lo mantiene en “inversiones conservadoras”.
“Me siento más cómodo siendo un poco pobre”, dijo Norris a ESPN.
La razón de la vida limitada del millonario se remonta a su infancia en Johnson City, Tennessee, donde nació y creció al aire libre y aprendió a vivir con sencillez.
“Crecí con un estilo de vida simple y sabía que entrar al béisbol profesional sería probado. En mi opinión, no hay necesidad de lujo, o al menos el sentido de la palabra en la sociedad”.
“Es como una cosa de yin y yang para mí. No voy a cambiar quién soy sólo porque la gente piense que es extraño”, le dijo al medio deportivo.
Casi una década después de crear su propio éxito como bateador, Norris continúa viviendo su sueño dentro de su Volkswagen y recorriendo gran parte de Norteamérica.
En su cuenta de Instagram suele compartir algunos detalles de sus viajes, muchos de ellos a la playa, con su tabla de surf y su camioneta como estrellas de sus postales.
Algunos de sus destinos preferidos son Tofino, British Columbia; Oregón; California; Texas; Pensilvania y Florida.
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