Crean gafas para detectar los sentimientos
La empresa de Redmond registró estos lentes inteligentes que pueden almacenar expresiones humanas
Microsoft obtuvo el visto de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos para crear un par de anteojos capaces de detectar los sentimientos de aquellas personas que se encuentren en el campo de visión del usuario.
Según esa oficina gubernamental se trata de un dispositivo inteligente que, conectado a unos sensores, puede registrar los comportamientos visuales y auditivos de la gente.
Los anteojos, proyectados por la empresa de Redmond, dispondrían también de una cámara y micrófono para interpretar los gestos, expresiones, posturas y el discurso de los sujetos.
Así, el dispositivo sería capaz de reconocer los estados emocionales de las personas que ve el usuario y comparar los resultados obtenidos con una base de datos para luego exponer una interpretación al usuario.
Además, este dispositivo no sólo analizará la expresión facial de los individuos sino que gracias a sus sensores, también será capaz de interpretar los comportamientos visuales y auditivos de la gente de alrededor, para poder establecer conclusiones mucho más certeras.
Microsoft pretende la creación de un dispositivo capaz de saber si, por ejemplo, hay tristeza detrás de alguien que esboza una enorme sonrisa. La tecnología que estas gafas necesitan para entender cada expresión no se ha filtrado, pero nos da una ligera idea de la clase de dispositivos al que es posible que nos enfrentemos en un futuro.
Si bien, esta patente no nos asegura la creación de un nuevo gadget, sí abre la posibilidad de nuevas funciones que podrían ser añadidas a los HoloLens o al Kinect.
De ser desarrollados serían una estupenda oportunidad para desarrollar aplicaciones relacionadas con la investigación de mercados, aunque algunos plantean la preocupación sobre los datos recogidos que quedarían registrados en Internet.
Y aunque las políticas de privacidad de las redes sociales han estado en cuestionamiento, en este caso estaría hablando de una faceta que la tecnología todavía no ha terminado de invadir, la de los sentimientos humanos.
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