El pasado 31 de julio expiró el beneficio de desempleo de $600 dólares, otorgado junto al paquete de estímulo de la Ley Cares, un apoyo económico que ayudó a las familias estadounidenses más afectadas por la pandemia de coronavirus.
Si bien aún no se ha aprobado una nueva ley que emita la segunda ronda de cheques, varios gobiernos estatales están apostando por ayudar a sus ciudadanos con el nuevo pago de desempleo impulsado por el presidente Donald Trump a través de la orden administrativa Asistencia de Salarios Perdidos (LWA).
El pago de $300 dólares ya está siendo repartido en una modalidad semanal y está pensado para ayudar a 28.2 millones de trabajadores que perdieron sus puestos durante la pandemia y que fueron calificados para recibir los beneficios de desempleo regulares de sus estados.
Los estados que hasta el momento han aprobado la ayuda extra son Alabama, Alaska, Arizona, California, Carolina del Norte, Colorado, Connecticut, Georgia, Idaho, Indiana, Iowa, Kentucky, Louisiana, Maryland, Massachusetts, Mississippi, Michigan, Missouri, Montana, New Hampshire, Nuevo México, Nueva York, Oklahoma, Pennsylvania, Rhode Island, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Washington.
En tanto, los gobernadores del resto del país están debatiendo si añadirán más apoyo a sus respectivas prestaciones por desempleo.
Dakota del Sur es el único estado que hasta el momento continúa rechazando el beneficio adicional.
La orden firmada el pasado 8 de agosto proporciona el pago de $300 dólares semanales.
Sin embargo, la llamada Asistencia de Salarios Perdidos (LWA) de Trump no cuenta con el alcance que se podría esperar, señala el investigador de The Century Foundation, Andrew Stettner.
“Nuestro análisis muestra que LWA reduciría el valor promedio de los beneficios de desempleo regulares por persona de $908 a $608, una pérdida del 33 por ciento”, dijo Stettner en un comunicado.
Aunado a esto, no todos los estadounidenses desempleados son elegibles para el beneficio. Los ciudadanos que reciben menos de $100 dólares a la semana por parte de sus gobiernos no pueden solicitar el nuevo apoyo.
El Congreso se estancó con las negociaciones del segundo paquete de alivio, a pesar de haber tenido varias propuestas en la mesa.
Ahora, se espera que regrese de su receso después del Día del Trabajo, el 8 de septiembre, para definir el nuevo rumbo de pagos.
La Cámara de Representantes se reunirá para votar las decisiones de forma presencial después del 14 de septiembre.
Por lo que los estadounidenses tendrán que esperar al menos un mes para tener actualizaciones del cheque de estímulo, el cual se espera que siga siendo de $1,200.
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