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La diseñadora israelí, Danit Peleg, hizo historia en el mundo de la moda aún sin siquiera haberse graduado como diseñadora en 2015. Fue gracias a su trabajo final que creó su proyecto: Una colección de ropa 3D.
De acuerdo con su propio discurso durante el foro Ted Talks, Danit les dio un nuevo uso a la impresoras 3D al crear un diseño listo para usarse a partir de impresiones y textiles. Organizó un desfile de modas y todas las prendas exhibidas, incluyendo los zapatos, fueron creados en las máquinas.
Gracias a ello, en 2016, Danit Peleg fue contratada para diseñar el vestuario de la bailarina Amy Purdy usando la misma técnica. La mencionada artista apareció bailando junto con un robot en la inauguración de los Juegos Paralímpicos de Rio 2016.
El proceso para crear la colección de ropa le tomó nueve meses e imprimirla le costó 2 mil euros. La entonces estudiante de la Escuela de Ingeniería y Diseño Shenkar creó el proyecto sin conocer las impresoras 3D y siendo tecnofóbica.
Durante ese mismo año, en Estados Unidos salió a la venta la Electroloom, la primera impresora 3D destinada únicamente a la impresión de ropa. Dicha máquina cuenta con un proceso muy rudimentario en el cual esparce soluciones especiales sobre un molde con el cual crea gorras, camisas y faldas.
La impresión 3D poco a poco se perfecciona, razón por la que los modelos que usaron las primeras prendas impresas de Peleg no podían sentarse debido a que la prenda podía romperse fácilmente. Dejaba marcas y algunos arañazos debido a que el material aún era muy plástico dentro de las prendas.
De acuerdo con los especialistas, las prendas se imprimen por partes en un proceso que puede llevar hasta 40 horas para hacer tan solo una falda. Incluso, al final teniendo todas las partes es necesario coserla a mano.
Una vez que el proceso de impresión se perfeccione, los consumidores y amantes de la moda sólo tendrían que comprar los patrones necesarios para que se imprima en nuestra casa y la podrían crear ellos mismos.
De acuerdo con la diseñadora de moda Danit Peleg, el proceso sería como “tener una camisa viral”. En otras palabras, alguien podría subir un diseño que le guste al mundo y reproducirlo fácilmente.
Adermás, según la creadora, dependiendo de la forma en que se comercialice, podría tener un costo menor al actual. Sin embargo, acabaría con muchos empleos de producción dentro de la industria de la moda. Sin mencionar aquellas empresas que buscaran sacarle todo provecho a partir de las patentes.
Actualmente, algunos diseñadores ya comienzan a crear joyería y pequeños accesorios. Abrirse nuevos caminos, hacer tendencia y cambiar las formas de ver al mundo. Es algo común en la industria de la moda, por lo que más que ser un ataque es un aporte colosal.