El gigante del comercio en línea, Amazon, anunció este martes que aumentará el salario mínimo a sus empleados en Estados Unidos a 15 dólares por hora, enfrentando las críticas con una ofensiva en la que además se comprometió a hacer presión para que esta mejora se extienda a nivel nacional.
A partir del 1° de noviembre, esta mejora salarial va a aplicarse a 250.000 empleados de plantilla y también a los contratados por las temporadas de altas ventas, como las fiestas de final de año, dijo la empresa en un comunicado.
"Hemos escuchado las críticas (...) estamos contentos con este cambio, y animamos a nuestros competidores y a los otros proveedores de empleo a unirse" a esa iniciativa, destacó en el comunicado el consejero delegado y fundador de la empresa, Jeff Bezos.
Amazon también indicó que hará presión para que los congresistas suban el salario mínimo a nivel federal, que actualmente está en 7,25 dólares.
Bezos quiso salir al paso de las persistentes críticas por la estructura salarial de la empresa, una mega red de distribución que tiene un poco más de 20 años, cuyo valor de mercado se acerca a casi un billón de dólares.
En el comunicado la empresa señaló también que sus empleados reciben formaciones, cobertura de salud, aportes para la jubilación y también autorización de baja parental, derechos que en Estados Unidos no son comunes.
El mes pasado Bezos anunció la creación de un fondo de 2.000 millones de dólares destinado a la educación en comunidades desfavorecidas y a la construcción de viviendas para familias sin techo.
En un momento en que el desempleo en Estados Unidos se acerca a mínimos históricos, muchos empleadores se quejan de que tienen dificultades para encontrar suficientes empleados cualificados para los puestos y dicen que a veces tienen que ajustar los pedidos o cancelar planes de inversión por este motivo.
Sin embargo, las pagas han subido de forma marginal, por lo que las alzas de salario en general se anulan con la inflación.
"Queremos abogar por un alza del salario mínimo, lo que tendría un impacto profundo en la vida de decenas de millones de personas y familias en todo el país", señaló Jay Carney, vicepresidente encargado de asuntos comerciales de Amazon, que antes fue portavoz de la Casa Blanca.
A principios de septiembre, el senador demócrata por el estado de Vermont, Bernie Sanders, presentó un proyecto de ley en el que propone gravar a las grandes sociedades estadounidenses cuyos empleados reciban ayuda social a falta de un salario suficiente para costear su vida.
Sanders había apuntado en particular a Bezos, considerado actualmente el hombre más rico del mundo, cuya fortuna fruto de la creación de Amazon es estimada en 166.000 millones de dólares.
"El tema aquí es que en el país más rico de la historia del mundo, vemos niveles inmensos de desigualdad de ingresos y de riqueza. En este país, nuestro estándar debería ser que si uno trabaja 40 horas por semana no debería vivir por debajo de la línea de la pobreza", explicó el senador, quien compitió con Hillary Clinton en la pasada campaña presidencial en 2016 para convertirse en el abanderado demócrata en la lucha por la Casa Blanca.
El presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, promovió un próximo recorte impositivo diciendo que esto iba a subir indirectamente los salarios. La Casa Blanca defiende que los beneficios laborales que reciben muchos empleados desde entonces son indicadores de la prosperidad reinante.