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La Universidad de California en Berkeley instaló unos vestidores universales a gran escala donde puede ingresar cualquier alumno, sin distinciones de género.
El vestidor tiene una extensión de 418 metros cuadrados y cuenta con zonas especiales para quienes buscan mayor privacidad.
Cuenta con siete regaderas cerradas, cinco baños privados, 16 vestidores individuales, cuatro lavabos compartidos y 400 casilleros. También posee un pasillo que conecta con la alberca de la institución, la cual era evitada por muchos estudiantes para no pasar por la zona de vestuarios de hombres o mujeres donde se sentían discriminados.
El objetivo de los vestidores es que los estudiantes se sientan seguros al utilizar las instalaciones y no sientan que deben ir a sus casas para cambiarse o bañarse por miedo a intimidación por parte de sus compañeros.
También está pensado para personas con estrés postraumático, así como con discapacidades físicas o psicológicas
Además, tiene una habitación privada para quienes quieran cambiarse de ropa ahí. Cuenta con pisos antiderrapantes de alta calidad y materiales libres de tóxicos.
Las instalaciones del Recreational Sports Facility (RSF) fueron remodeladas con una inversión de 2.7 millones de dólares, que es pagada por los propios estudiantes, pues hace tres años votaron por una tarifa anual que aportaran a innovaciones de bienestar en la universidad.
El Comité Asesor de Cuota de Bienestar otorgó un préstamo para la construcción del vestidor universal, y con la tarifa de al menos 160 dólares anuales, se pretende que se cubra el costo en 15 años, de acuerdo con un comunicado de la Universidad de California Berkeley.
