Cada vez más jóvenes sobredotados intelectualmente se van y quieren irse de México, agudizando la fuga de cerebros en el país. Es la conclusión a la que llegó el doctor Andrew Almazán Anaya, director de Investigación y Psicología del Centro de Atención al Talento (CEDAT).
El investigador aplicó una encuesta a 200 adolescentes y niños genio mexicanos, de entre ocho y 16 años. Encontró que más del 70% de los menores sobredotados planea irse de México para estudiar y residir en Estados Unidos, Canadá o en países de la Unión Europea.
El concepto fuga de cerebros se entiende como la emigración de personas altamente calificadas, cuya movilidad deja un impacto negativo de pérdidas económicas y atraso de desarrollo en el país que dejan.
La encuesta del CEDAT revela que, en promedio, a sus 10 años ya la mitad de los niños sobredotados tienen “decidido” irse del país y están activamente buscando opciones para prepararse en su salida (becas, programas universitarios, intercambios, visas).
“Antes de los 8 años el 60% de los niños sobredotados valoran irse del país, mientras que a los 14 de edad esta cifra ya subió al 90%”, señala.
En entrevista con Vive USA, Andrew Almazán dice que, por cada joven que se va de México, en promedio se pierden $70,000 dólares. “Es lo que cuesta criar y educar a alguien desde el nacimiento hasta la universidad. Pero ahora tenemos que ya no sólo son los jóvenes de 18 o 20 años los que se quieren ir, sino niños desde los 8 o 10 años. Ya están tomando cursos de inglés, viendo las opciones de migración posibleS”, anota.
Andrew Almazán añade que aunque los niños no se vayan hasta en cinco años, ya están preparándose para hacerlo en cuanto tengan la oportunidad.
Pero, ¿por qué un niño tan pequeño ya quiere emigrar? El especialista dice que no son los padres quienes necesariamente les meten “la idea”. Sino que los pequeños viven en un entorno pesimista sobre el futuro del país. Escuchan malas noticias, ven índices bajos. “Como son niños y jóvenes más inteligentes, ven más lejos”.
“Ya no es que quieran perseguir el sueño de una universidad, piensan: ‘Cualquier cosa menos México’”, agrega.
Andrew Almazán, quien también es un joven genio, dice que no hay estadísticas recientes sobre la fuga de cerebros en México. La última de 2015 apuntó más de medio millón de jóvenes se habían ido de México en los últimos años, pero el investigador sostiene que esa cifra seguramente ha aumentado.
“Las aplicaciones a universidades en Canadá han aumentado más del doble. Si según Conacyt se fue medio millón en la generación anterior y si ahora se va también medio millón… Sería la mitad de la población talentosa de México. Ya no es una fuga del 2% es del 50%. Un golpe fuerte a futuro para el país en temas sociales, pero también económicos… Porque era gente que pudo crear oportunidades de trabajo”.
El investigador del CEDAT explica que la fuga de cerebros es preocupante porque es acelerada y porque la mayoría de jóvenes no regresa. Además, el talento no es renovable.
“La única manera en que algunos regresan es porque les niegan la visa o por cuestiones familiares muy fuertes”, dice durante la entrevista.
Los principales países que están recibiendo el talento mexicano son Estados Unidos, Canadá y algunos lugares de la Unión Europea, como Reino Unido.
Ahora que hay niños de 10 años pensando en emigrar, Andrew Almazán dice que es importante el mensaje que los menores reciben sobre México. Recalca que si sólo escuchan “No hay opciones”, “estamos mal”, se van a desesperar e ir.
“Se debe cambiar a ‘hay opciones, hay universidades buenas en México’. Estamos a tiempo porque no se han ido, pero el tema es promover también lo que sí existe, más que decir lo que no hay”, anuncia.
En el CEDAT buscan alternativas para matizar los discursos. Asegura que no les dicen a los niños que no migren o que no busquen oportunidades. Lo que han impulsado es: “Viaja, haz actividades afuera y regresa a México para aplicarlo”.
De hecho, durante el verano, llevan a los niños a universidades de la Ivy League en Boston, como Harvard y el MIT, para que las conozcan y aprendan de ellas.
En su propia historia, Andrew Almazán ha estudiado en el extranjero y regresado a México. Lo motiva trabajar por México. “Hay mucho trabajo que hacer en México y si uno se da por vencido, cómo podemos esperar que el país mejore”.
También recomienda más difusión a los programas de estudios e incubadoras de empresas en México, pues sí hay oportunidades, pero muchas veces no se dan a conocer lo suficiente.
El investigador Andrew Almazán dice que la inteligencia se puede detectar por pruebas de IQ a partir de los 2 años cumplidos. “Podemos atender hasta los 17 años, pero recomendamos pruebas antes de la primaria”, anota.
El Centro de Atención al Talento (CEDAT) ha delineado un perfil de las características del niño sobredotado: