Una de las tradiciones más importantes y populares de México es la de Día de Muertos, pero no todos saben qué se celebra exactamente y cuál es el origen de la celebración.
Durante esta conmemoración las panaderías están repletas de pan de muerto y los cementerios se llenan de personas que van a visitar a sus familiares fallecidos.
En todo el país se organizan grandes celebraciones, pero algunas de las más importantes se concentran en la Ciudad de México, Oaxaca, Michoacán y Puebla. En la capital mexicana se realiza la famosa “Alumbrada” en San Andrés Mixquic y los eventos que se llevan a cabo en los embarcaderos de Xochimilco. ¿Pero, cuál es el origen del Día de Muertos?
El origen se remonta a la época prehispánica, pues las culturas antiguas que habitaban México tenían un fuerte culto a la muerte, desde los mexicas hasta los zapotecas y tlaxcaltecas.
En aquellos tiempos, cuando un ser querido fallecía se le envolvía en un petate y luego era enterrado. Además, se organizaba una fiesta que tenía como objetivo guiar su alma hacia el Mictlán, el sitio al que iban todas las personas que morían por muerte natural.
Las culturas prehispánicas llevaban a cabo esta tradición al terminar la temporada de cosecha, lo que generalmente ocurrió entre septiembre y noviembre.
Según la cultura mexica, para llegar a Mictlán las almas tenían que atravesar nueve niveles hacia el inframundo, durante cuatro años, hasta llegar con el dios de la muerte Mictlantecuhtli.
De acuerdo con la tradición, durante Día de Muertos las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos para visitar a sus familiares y alimentarse de la esencia de la comida que se les deja en las ofrendas.
Aunque los españoles llegaron a conquistar el territorio mexicano, las tradiciones de Día de Muertos lograron trascender y se mezclaron con las costumbres católicas que se adquirieron cuando se realizó la evangelización.
Además, esta celebración fue declarada por la Unesco en 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su gran importancia para la cultura mexicana.
La celebración a los fallecidos, se realiza cada año en la misma fecha en México, los días 1 y 2 de noviembre, cada uno con significados diferentes.
El 1 de noviembre, durante el Día de Todos los Santos, se recuerda a los niños fallecidos, y el 2 de noviembre, en el Día de los Fieles Difuntos, a todos los adultos.
Pese a la importancia de la celebración, en México, el Día de Muertos no es un feriado oficial en la Ley Federal del Trabajo, así que no es un día de asueto para los trabajadores. Sin embargo, en las escuelas si se otorga el día de descanso el 2 de noviembre para estudiantes y maestros.
La tradición de colocar una ofrenda o altar en honor a los seres queridos que ya fallecieron nació desde la época cristiana, pero actualmente se acostumbra que incluya:
- Flores de cempasúchil para aromatizar el lugar al que llegará el alma del fallecido.
- Velas para guiar el camino de las almas de regreso a casa.
- Agua como fuente de la vida para la sed de los seres que llegan después de un largo trayecto.
- Calaveritas de azúcar en alusión a la muerte.
- Incienso para limpiar la casa de espíritus malos.
- Papel picado para representar el aire.
- Pan de muerto como muestra de fraternidad a los fallecidos.
- Sal para dar purificación a las almas en su viaje.
- Los platillos favoritas de los seres que murieron.
- La fotografía de los seres queridos a quienes se les dedica la ofrenda.
- Una cruz de ceniza para expiar las culpas pendientes.