El martes un juez del estado de Nueva York determinó que Michael Rotondo, un hombre de 30 años, tiene que abandonar la casa de sus padres, donde permanece desde hace 8 años.
El caso de Michael Rotondo fue cubierto por medios nacionales y retomado por diarios internacionales, pero que adultos jóvenes vivan en casa de sus padres es cada vez más común.
En 1975, 31.9 millones de jóvenes entre 18 y 34 años vivían con su cónyuge, mientras que 14.7 millones vivían con sus padres. En 2016 sólo 19.9 millones de jóvenes vivían con su pareja y 22.9 millones habitaban en el hogar familiar, de acuerdo con un estudio de la Oficina de Censos de Estados Unidos.
Entre 2005 y 2015, según el mismo reporte, el porcentaje de adultos jóvenes viviendo con sus padres aumentó 8.1 por ciento, el número de los que viven con roomies creció sólo 2.2 por ciento y el de quienes viven de forma independiente bajó 10.3 por ciento.
Los datos de 2015 muestran que el estado con mayor porcentaje de adultos jóvenes que viven en casa de sus padres es Nueva Jersey, con 46.9; en el otro extremo de la lista se encuentra el Distrito de Columbia, donde sólo 13.5 por ciento vive con sus padres.
El Centro de Investigación Pew también detectó esta tendencia en un artículo difundido en mayo de 2017 y encontró que el desempleo no es un factor determinante, pues el porcentaje de jóvenes entre 25 y 35 años desempleados se redujo a la mitad entre 2010 y 2016.
Una característica que sí diferencia a quienes viven por su cuenta de quienes continúan con sus papás es el nivel educativo.
El porcentaje de adultos jóvenes de entre 25 y 35 años viviendo con sus padres y que habían terminado, al menos, el bachillerato pasó de 7 por ciento en 2000 a 10 por ciento en 2016.
Por el contrario, el porcentaje de jóvenes en ese rango de edad viviendo con sus padres y que no tenían más que la preparatoria terminada casi se duplicó, saltando de 12 por ciento en 2000 a 20 por ciento en 2016.