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Las visas de trabajo solicitadas por profesionales con aptitudes especiales están siendo demoradas o directamente rechazadas, en lo que muchos consideran una contradicción con la promesa de Donald Trump de que se les abrirá las puertas a los extranjeros más talentosos.
Si bien la concesión de la visa H-1B nunca ha sido segura, abogados de inmigración y empresarios interesados en contratar esos profesionales dicen que el proceso se ha complicado desde que Trump asumió la presidencia en el 2017.
“Les oyes decir que quieren que vengan los mejores y los más brillantes”, declaró John Goslow, abogado de inmigración de Ann Arbor, Michigan. “Pero percibimos un ataque frontal contra todos los aspectos de la inmigración”.
Las empresas estadounidenses están sintiendo el impacto.
Link Wilson, arquitecto y cofundador de un estudio en Bloomington, Minnesota, dice que encontrar suficientes profesionales calificados en Estados Unidos es un problema desde hace años, en parte por la escasez de arquitectos. Asegura que las firmas buscan profesionales extranjeros como un último recurso, costeando los gastos legales y soportando esperas cada vez más largas para que se aprueben las solicitudes de visa porque no tienen otra salida.
“Sencillamente, no hay a quién contratar”, aseguró Wilson, quien calcula que su firma rechazó proyectos por valor de un millón de dólares el año pasado porque no tenía suficiente personal.
Tres meses después de asumir, Trump emitió un decreto, “Compre estadounidense, contrate a estadounidenses”, que contempló cambios en el programa de visas H-1B con el objetivo de promover la contratación de estadounidenses en lugar de extranjeros.
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Posteriormente se emitieron nuevas directivas dando mayor discreción al personal de inmigración, que puede rechazar solicitudes sin pedir información adicional, eliminando las deferencias que se les daban a quienes querían renovar sus visas H-1B y generando preocupación de que el gobierno revocará los permisos de trabajo de los o las esposas de las personas con esa visa. Un artículo restringía la posibilidad de que personal con la visa H-1B trabaje en las oficinas de un cliente, en tanto que otro rescindía temporalmente la opción de pagar para que se dé un trámite acelerado a una solicitud.
Abogados que lidian con este tipo de solicitudes dicen que uno de los principales cambios fue un aumento en los “pedidos de evidencia” adicional, que pueden demorar el trámite meses. Se pide más información sobre cosas como si el título de un profesional encaja realmente en el trabajo que se le ofrece o si el sueldo que se le ofrece es apropiado. Si las respuestas no son satisfactorias, la solicitud puede ser rechazada.
“Están poniendo obstáculos para que las empresas se frustren y dejen de contratar extranjeros”, afirmó Dakshini Sen, abogado de inmigración de Houston que maneja casi exclusivamente casos de visas H-1B. “Tenemos que escribir y escribir y escribir, explicar y explicar y explicar cada detalle”.
Información del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (conocido por sus siglas en inglés, USCIS) difundida el viernes indica que en el último año fiscal el 38% de las solicitudes se demoraron por pedidos de información adicional, comparado con el 21% del año fiscal del 2016. Esa cifra llegó al 60% en el primer trimestre del año fiscal en curso.
Cada vez más solicitudes que generan pedidos de información adicional son rechazadas y las tasas de aprobación de las solicitudes en general ha mermado. También se redujo la aprobación de otros dos tipos de visas de trabajo, incluida una para individuos con aptitudes extraordinarias en campos como la ciencia, el deporte y las artes.
Jessica Collins, portavoz de USCIS, dijo que esos cambios responden al decreto presidencial. Indicó que el objetivo era reducir la cantidad de solicitudes “frívolas” y subrayó que “le corresponde al solicitante, no al gobierno”, demostrar que satisface los requisitos.
Algunas empresas destacan que también se está cambiando la política tradicional por la cual se renuevan las visas H-1B cada tres años. Una empresa que representa a firmas especializadas en tecnología de la información dice que algunas visas son válidas por pocos días o que expiran antes de que el solicitante la reciba.
Trump muestra una actitud ambigua hacia las H-1B. Por momentos se queja de que “reemplazan a trabajadores estadounidenses con gente que gana menos”, pero también dice que desea “alentar a que la gente talentosa y muy calificada pueda hacer su carrera en Estados Unidos”, como dijo el mes pasado.
Atrapados en el medio quedan trabajadores como Leo Wang.
Wang, de 32 años, estudió en la Universidad del Sur de California, hizo una pasantía en una empresa financiera grande, sacó una maestría y empezó a estudiar para otra. Su sueño de ganar un sueldo alto en Silicon Valley se hizo realidad, pero duró poco.
Wang trabajaba en Seagate Technology, cobijado por un programa llamado Entrenamiento Práctico Opcional, que permite trabajar a personas con visa de estudiante. Pero al expirar ese plazo el año pasado, y debido a que su solicitud de la H-1B estaba siendo tramitada, tuvo que dejar su trabajo en Seagate y dejar de estudiar la maestría que buscaba en Berkeley.
Dice que tanto él como su empresa respondieron a todas las explicaciones que les pidieron y presentaron muestras de su trabajo en Seagate. Pero el 11 de enero recibió la respuesta final: Se le había negado la H-1B.
Este mes regresó a su China natal.
“Sigo creyendo en el sueño americano”, afirma Wang. “Pero tendré que tratar de hacerlo realidad en otro sitio”.
Foto: AP