Aunque las rosas amarillas estuvieron vinculadas por muchos años a la infidelidad, una nueva tradición surgida en redes sociales cambió su significado gracias a Floricienta, una popular serie juvenil estrenada en 2004 que reapareció tras años de ausencia.
El programa, protagonizado por la actriz argentina Florencia Bertotti, cuenta con una banda sonora llamativa, que además de armonizar las escenas románticas, produjo que miles de personas utilizaran el tema ‘Flores amarillas’ para manifestar su deseo de recibir el esperado regalo, pero, ¿cuándo y por qué se regalan?
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La nueva tradición establece que se regalan flores amarillas cuando comienza la primavera, sin embargo, existe una confusión entre los usuarios sobre el día exacto, ya que en países que se encuentran en el hemisferio sur corresponde al 21 de septiembre, aunque el equinoccio no siempre es en la misma fecha.
En México y en países ubicados en el hemisferio norte, la primavera llega durante los últimos días del tercer mes, pautando como el día de las flores amarillas el 21 de marzo de cada año. A pesar de las diferencias, en el “país azteca” es común que se celebre en ambas fechas.
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En la novela, la protagonista manifiesta su deseo de recibir flores de la persona que le gusta, acto que se cumple en el capítulo 33 de la primera temporada, sin embargo, la canción ‘Flores Amarillas’ se convirtió en un himno al amor y a la esperanza de vivir momentos románticos en pareja.
Tras la viralización del tema musical en conjunto con la melancolía de las personas que observaron el programa cuando se transmitió en vivo, se popularizó que al igual que Floricienta, las personas enamoradas entreguen y reciban el tradicional regalo como un símbolo de atención, amor y alegría.
Durante muchos años regalar rosas amarillas estuvo vinculado a la idea de que la pareja, sin importar el sexo, realizó un acto de traición y para compensar la infidelidad, regaló “la flor del amor”, sin embargo, el color también representa amistad, felicidad, alegría, riqueza, abundancia y optimismo.
Su significado está abierto a interpretaciones, pero en la novela no se especifica que se trate de rosas, por lo que es común observar gran variedad de flores durante el día, desde girasoles hasta margaritas. La nueva tradición no está relacionada a la infidelidad, sino al amor en pareja.
Él la estaba esperando
Con una flor amarilla
Ella lo estaba soñando
Con la luz en su pupila
Y el amarillo del Sol
Iluminaba la esquina
Lo sentía tan cercano
Lo sentía desde niña
Ella sabía que él sabía
Que algún día pasaría
Que vendría a buscarla
Con sus flores amarillas
No te apures, no detengas
El instante del encuentro
Está dicho que es un hecho
No la pierdas, no hay derecho
No te olvides que la vida
Casi nunca está dormida
En ese bar tan desierto
Nos esperaba el encuentro
Ella llegó en limusina
Amarilla por supuesto
Él se acercó de repente
La miro tan de frente
Toda una vida soñada
Y no pudo decir nada
Ella sabía que él sabía
Que algún día pasaría
Que vendría a buscarla
Con sus flores amarillas
No te apures, no detengas
El instante del encuentro
Está dicho que es un hecho
No la pierdas, no hay derecho
No te olvides que la vida
Casi nunca está dormida
Flores amarillas
Ella sabía que él sabía
Que algún día pasaría
Que vendría a buscarla
Con sus flores amarillas
No te apures, no detengas
El instante del encuentro
Está dicho que es un hecho
No la pierdas, no hay derecho
No te olvides que la vida
Casi nunca está dormida
Ella sabía que él sabía
Él sabía, ella sabía
Que él sabía, ella sabía
Y se olvidaron de sus flores amarillas
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