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Tanto en julio 29 cuando aceptó la nominación como candidata a la presidencia en la convención demócrata en Filadelfia, como en el último debate en contra de Donald Trump, Hillary Clinton vistió un traje blanco, y esto no es una casualidad, de acuerdo con The New York Times.
El color blanco la hace verse en control, perfectamente arreglada y lista para discutir los temas de su candidatura, pero no es solamente una decisión de apariencia, sino que tiene razones históricas relacionadas con el voto de las mujeres en el mundo.
Desde su cuenta de Instagram, la candidata mostró una foto con seis trajes, dos de cada uno de los colores rojo, blanco y azul, y la tituló “dura elección”.
Al primer debate Hillary se presentó con un fiero traje rojo, dejando en claro que estaba ahí para dar la pelea, al segundo llegó con un traje azul oscuro de solapas blancas y al tercero con el que parece ser su favorito, blanco.
Usar un traje blanco no es meramente una elección de estilo, ya en 1984, la primera mujer nominada como vicepresidenta Geraldine Ferraro, usó un traje de este color, nota The New York Times, y esto se debe una conexión histórica con el movimiento por el derecho al voto femenino.
El blanco fue uno de los colores elegidos por las sufragistas inglesas que luego inspiraron los movimientos a favor del voto femenino en Estados Unidos.
Cientos de mujeres fueron fotografiadas como una masa amplia vestida de blanco que ocasionalmente usaban bandas amarillas, o púrpuras para identificar sus propósitos.
Hillary Clinton, la primera mujer que podría ocupar la presidencia de la Unión Americana desea ser parte de ese grupo de mujeres que cambiaron la historia, esta vez no buscando el voto, sino el cargo de elección más importante del país.
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