Canadá es un país que mantiene una consciencia ecológica y autosustentable muy importante desde hace varios años. Su territorio es de gran extensión y muchos de sus habitantes viven a las afueras de las grandes ciudades en espacios donde tienen parcelas enormes e incluso las trabajan. Ante ello, el gobierno de dicho país estableció una iniciativa muy poco común.
Como parte de la Semana Nacional de la Conservación del Suelo de Canadá, un evento que normalmente pasa desapercibido y de manera silenciosa, el gobierno de Justin Trudeau lanzó la iniciativa de que los ciudadanos entierren sus calzoncillos en sus parcelas.
Los funcionarios canadienses están animando a los ciudadanos a enterrar sus “boxers”, pero con la condición de que sean 100 por ciento hechos de algodón en la tierra. La intención del proyecto es probar si su suelo es saludable.
De acuerdo con lo previamente establecido, si después de dos meses, lo único que queda de la ropa interior es el elástico de la cintura, entonces significa que el suelo en cuestión está lleno de vida, es decir, rico en lombrices de tierra y otros organismos que van tras el algodón como si este fuera un manjar exquisito.
Al contrario, si permanece todo o algo de algodón de la prenda significa que el suelo está sufriendo de un uso excesivo. La meta, según los organizadores, es “concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la conservación el suelo”.
Ello tiene que ver con las políticas públicas de sustentabilidad y ecología que mantiene Canadá y con las cual espera ser una de las naciones más verdes del planeta tierra.