Sus perforaciones en labios, tabique nasal y cejas pueden resultar impactantes, sin embargo Alvar Saenz-Otero realmente trasciende por sus logros en la investigación que ha realizado para la astronomía estadounidense.
Este ingeniero mexicano actualmente trabaja en el desarrollo de dispositivos tecnológicos que son utilizados en la Estación Espacial Internacional (EEI).
De acuerdo a un perfil publicado por el Conacyt, Saenz-Otero siempre se sintió interesado en la investigación espacial, por ello se postuló para ingresar al Massachussets Institute of Technology (MIT) de donde se gradúo como ingeniero aeronáutico y completó estudios de maestría y doctorado.
Un curriculum vitae que el doctor tiene en la página del MIT cuenta que entre 1994 y 2005 completó sus estudios y especialidades en el campo de la astronomía.
Actualmente, Saenz-Otero es el director del Laboratorio de Sistemas Espaciales en el Departamento de Aeronáutica y Astronomía en el MIT; específicamente lidera el proyecto SPHERES, informa una descripción disponible en el website de la NASA.
Su laboratorio desarrolla el proyecto Synchronized Position Hold Engage and Reorient Experimental Satellite (SPHERES) que en realidad consiste en un grupo de satélites pequeños de aproximadamente 20 centímetros de diámetro cuenta Conacyt.
Estos pequeños artefactos son de suma relevancia pues están concebidos para funcionar como “constelaciones de pequeños satélites” que puedan reemplazar a aquellos de gran tamaño.
Cada uno de esos SPHERES tiene un costo de 200 mil dólares, precio bajo comparado con el de los satélites tradicionales; además son de bajo riesgo pues cuando fallan no afectan gravemente a los astronautas o la EEI.
El ingeniero mexicano declaró a Conacyt que “en el futuro se busca que los satélites trabajen juntos” y que en vez de lanzar uno muy grande sea posible “lanzar muchos para que se ensamblen solos” lo cual a su juicio es positivo en términos de dinero y de tener los espacios necesarios para lanzarlos.
Impulso a México
Saenz-Otero ayudó a crear un concurso dirigido a estudiantes internacionales para que éstos desarrollen sistemas de programación que puedan ser usados en los SPHERES.
En 2014 el certamen contó con la participación de dos equipos mexicanos, pero el investigador quiere que haya más, por lo menos diez en la próxima edición del torneo.
También tiene un gran interés en que las escuelas mexicanas hagan un aporte en nombre de la sociedad mexicana, al desarrollo y preservación del planeta.
“Una universidad no puede solo pensar en México, tampoco Conacyt; se debe de pensar que México tiene que contribuir al mundo con una constelación de satélites ambientales que vean la contaminación en todo el mundo, estos proyectos deben de tener impacto mundial”.
Como vemos, el caso de Saenz-Otero demuestra que el talento mexicano puede llegar tan lejos como se desee, incluso con una apariencia que rompa el molde de los científicos tradicionales.
Vive USA te comparte unas imágenes de Alvar, quien demuestra que tener una apariencia diferente a lo convencional, no está peleado con el talento.
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