El 11 de septiembre de 2001, Nueva York vivió uno de los peores capítulos en su historia. El caos se apoderó de la ciudad, cuando las Torres Gemelas fueron derribadas por dos aviones comerciales, secuestrados por terroristas.
El atentado dejó como saldo más de 3 mil 700 muertos y cientos de heridos. Pero ante la tragedia, surgieron héroes que Estados Unidos nunca olvidará. Bomberos, policías, paramédicos y civiles dieron su vida para salvar la de otros.
Uno de ellos fue Rafael Hernández, un bombero mexicano que estaba cerca del World Trade Center cuando se produjo el atentado. Pasó días removiendo escombros y salvando vidas, pero sus acciones le cobraron factura.
Murió 10 años después como consecuencia del humo y polvos tóxicos que respiró en los escombros. Rafel se había ido a vivir a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y su heroísmo pasó a la historia.
Welles Crowther es, quizá, uno de los héroes más recordados. Sacrificó su vida para salvar a al menos una docena de personas en el piso 78 de la Torre Sur.
Tras el impacto de uno de los aviones, apareció con un extintor, tapándose la boca y la nariz con un pañuelo rojo. Llevó a salvo a sus compañeros fuera del edificio y volvió a entrar para rescatar a más personas. La construcción colapsó y días después fue encontrado muerto. Tenía 24 años de edad.
Otros héroes vivieron para contar sus hazañas, pero quedaron enfermos de cáncer, asma y depresión. John Feal, de 50 años, fue el jefe de rescatistas. En la búsqueda de cuerpos, una plancha de metal de cuatro toneladas le cayó en un pie. Desde entonces, lucha para que otros héroes que enfermaron reciban ayuda del gobierno.
En nuestra galería, conoce a otras personas que hicieron la diferencia… aquella mañana del 11 de septiembre.