El Seguro Social de Estados Unidos, uno de los principales programas federales que protegen financieramente a trabajadores jubilados, personas con discapacidad y familiares de beneficiarios fallecidos, presentará algunos cambios durante 2020, entre ellos un ajuste en el costo de vida implementado para contrarrestar los impactos de la inflación.
La Administración del Seguro Social (SSA por sus siglas en inglés) anunció un aumento del 1.6 por ciento en los beneficios sobre el ajuste del costo de vida en octubre pasado, pero será en este mes que los beneficios comenzarán a notarse.
Los más de 63 millones de estadounidenses jubilados verán un aumento de $1,503 dólares sobre los $1,479 que recibieron en 2019, mientras que las parejas afiliadas al programa en conjunto recibirán un aumento de $2 mil 531 sobre los $2 mil 491 del año pasado.
Por su parte, los trabajadores jubilados a edad plena, entre los 66 y 67 años, recibirán 150 dólares más en su pago mensual, beneficiándose así con $3 mil 011 dólares en comparación de los $2 mil 861 establecidos por el programa en 2019.
En cuanto a impuestos, un 56 por ciento de los trabajadores pagan impuestos sobre sus beneficios de Seguro Social y Medicare, y en 2020 podría aumentar la cantidad de estadounidenses que aporten, ya que los impuestos sobre la renta para el Seguro Social no están ligados a la inflación.
Para 2020 también se tiene planeado un aumento de ganancias máximas sujetas al impuesto del Seguro Social, de $132 mil 900, a $137 mil 700 dólares.
Otro cambio notable lo presentará The Secure Act o Ley Secure, un proyecto de ley de jubilación promulgada por Donald Trump a finales de 2019, la cual afectará a los beneficiarios actuales y futuros.
De acuerdo con análisis hechos por Joseph Stenken, consultor de mercados y autor de Datos del Seguro Social y Medicare a USA Today, los trabajadores que cumplan 70 años y medio después en 2020, podrán retrasar el retiro de una cantidad mínima de jubilación anual (RMD) hasta que cumplan 72 años.
Así mismo, los beneficiarios designados, aquellas personas no cónyuges, pero con derecho sobre la jubilación de los trabajadores ya fallecidos, tendrán 10 años para vaciar la cuenta; en la ley anterior, los beneficiarios designados podían tomar dinero a lo largo de su vida.