Las personas más cercanas al presidente de Estados Unidos puede que no sea necesariamente su familia, su esposa e incluso su equipo de trabajo, sino su enigmático cuerpo de seguridad llamado Servicio Secreto.
Se trata de un amplio grupo de personas listos para cuidar al presidente y a su familia sin importar en dónde estén o con quién estén, así sea en el baño, o dentro de la Oficina Oval.
En Hollywood los hemos visto como personajes inteligentes, herméticos y como piezas claves para proteger y dar su propia vida por los mandatarios, pero en la realidad son más que eso.
A continuación te dejamos con cosas que no sabías de la organización.
La organización de seguridad se estableció después de que John Wilkes Booth le disparara a Abraham Lincoln el 114 de abril de 1865.
El entonces presidente ya tenía la idea de crear un cuerpo de seguridad que sirviera a toda la nación, e incluso firmó un decreto para la formación de la agencia gubernamental llamada Servicio Secreto de EU. En 1901, el Congreso amplió sus funciones para incluir la protección de todos los presidentes.
Entre sus tareas, el Servicio Secreto tiene la obligación de investigar delitos o posibles amenazas en contra de la infraestructura financiera de Estados Unidos, incluidos los ataques cibernéticos y la falsificación de la moneda estadounidense dentro y fuera del país.
La organización tiene al menos 6 mil 500 empleados, tanto mujeres y hombres, que desempeñan trabajos como agentes especiales, oficiales, personal de apoyo, equipo de refuerzo en todos los estados y el extranjero. Incluso tienen perros policías entrenados.
De acuerdo con Share América, el Servicio Secreto o Secret Service obtuvo su nombre a partir de su propósito de luchar contra los falsificadores y posibles amenazas nacionales ya que siempre trabajaban encubiertos y en completo hermetismo.
El servicio entrena continuamente para estar en condiciones físicas óptimas y listos para lo que se presente.
Sus entrenamientos incluyen lanzarse frente a balas falsas y sobrevivir en el agua, así mismo deben aprobar cursos de habilidades de desarrollo para asegurarse de mantener sus niveles de aptitud e inteligencia.
Si bien parece irreal, la División de Protección Personal (PPD) que siempre está con el presidente o su familia, es responsable de cargar con bolsas de sangre por si se necesita hacer una transfusión de emergencia.
Incluso se capacitan en primeros auxilios para poder realizar tratamientos de emergencia. La organización se encarga de incluir rutas de viaje cada vez que el presidente salga de la Casa Blanca para encontrar hospitales al menos a 10 minutos de distancia.
En cada centro médico localizado dentro de las rutas debe haber al menos un agente que conozca al equipo de emergencias y de las salas de operaciones.
En 1908, nueve agentes fueron separados del Servicio Secreto para unirse al departamento de justicia para operar investigaciones nacionales. A este equipo se le llamó Oficina Federal de Investigaciones, hoy Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés).
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Todos los alimentos que se le preparan al presidente, familia, amigos, invitados, equipo de trabajo y otros mandatarios extranjeros están bajo la mirada del Servicio Secreto.
En la Casa Blanca se encarga de que nadie envenene los alimentos del presidente, mientras que durante sus viajes, la organización tiene la responsabilidad de enviar a comisarios de la Marina para preparar los alimentos.
No hay posibilidades que el presidente coma en un restaurante o en otros hogares, ni siquiera en un hotel.
Debido a que los mandatarios nunca deben estar sin escolta, los agentes deben aprender y dominar los pasatiempos de sus jefes. Bill Clinton impulsó a su equipo de seguridad a aprender a cabalgar y a salir todas las mañanas a correr, mientras que Donald Trump ponía a jugar golf a sus agentes.
Si hay algo falso del servicio en las proyecciones hollywoodenses es la creencia de que están obligados a dar la vida por los presidentes.
La agencia nunca tiene que jurar que dará su vida por el bienestar de su jefe, si ven situaciones potencialmente graves, el equipo de seguridad debe crear planes y medidas para evitar cualquier incidente por mínimo que sea.
No importa si está en la Casa Blanca o va a bordo de su limusina ultra blindada conocida como la Bestia, una cámara siempre seguirá al presidente en cuestión en caso de que algo suceda. Los agentes están entrenados para grabar y revisar los materiales e identificar posibles amenazas.
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