La justicia social corre por las venas de la activista Dolores Huerta. Su padre, Juan Fernández, minero y campesino, fue asambleísta de Nuevo México. Su madre, Alicia, le inculcó ser solidaria. Sus papás se divorciaron y Dolores fue criada, junto con sus dos hermanas, en San Joaquín en Stockton, California, comunidad llena de inmigrantes.
Dolores aprendió a tocar el violín, fue a clases de danza y fue girl scout. Estudió Educación en la University of Pacific’s Delta Community College. Estuvo como maestra en una primaria, pero renunció porque no podía ver a los niños campesinos con hambre y sin zapatos.
Desde pequeña estuvo cerca de la necesidad de los más pobres. Su madre tenía un restaurante y un hotel con 70 habitaciones, donde con frecuencia brindaba hospedaje gratuitamente a las familias campesinas que lo necesitaban.
En 1962, Dolores cofundó la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo junto con César Chávez. Él era el líder y vocero, ella organizaba y negociaba. Sus adversarios la llamaron “Dama dragón” por el ímpetu en su lucha.
En California, aseguró el Aid For Dependent Families y el seguro por discapacidad para los campesinos. También promocionó la Agricultural Labor Relations Act de 1975, ley pionera en Estados Unidos que otorgó a los campesinos el derecho para exigir mejores condiciones para laborar.
Además promovió una ley que concedió la amnistía a los campesinos que habían vivido, trabajado y pagado impuestos en Estados Unidos, pero no podían obtener la ciudadanía.
En 2011, Dolores recibió por parte del ex presidente, Barack Obama, el máximo galardón civil de la nación, la Medal of Freedom. Robert Kennedy, los Clinton y el congresista Ron Dellums han tenido su apoyo en procesos electorales.
A sus 87 años, Dolores Huerta promueve la equidad y los derechos civiles, defiende a la comunidad LGBTTTI, así como las reformas a favor de los inmigrantes y del Affordable Care Act.
Su lucha fue retratada en un documental dirigido por Peter Bratt y Carlos Santana, que se estrenó en septiembre en Estados Unidos.
En nuestra galería te compartimos algunas de las lecciones que Dolores deja para otros activistas sociales.