Los hermanos Andrew y Dafne Almazán Anaya tienen carreras sobresalientes en Estados Unidos. Con tan sólo 25 y 18 años, respectivamente, han pasado por las aulas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Harvard University y Yale University. Son sobredotados.
El Dr. Andrew Almazán nació en Ciudad de México en 1994 y, desde pequeño, mostró intereses avanzados para su edad en ámbitos científicos y culturales. Ingresó a la universidad a los 12 años y fue nombrado “el niño genio mexicano” por Discovery Channel.
Actualmente, a los 25, tiene ocho títulos universitarios en escuelas de prestigio, como Harvard y Yale.
Dafne Almazán fue reconocida como la psicóloga más joven del mundo cuando se tituló en 2013. Ahora, los 18 años, concluirá una maestría en Harvard University, convirtiéndose en la mexicana de menor edad en lograrlo.
Foto: EFE
Su experiencia como niños y jóvenes genio los ha llevado a adentrarse en estudios de sobrecapacidad intelectual. Tras estudiar más de 3,500 casos de niños sobredotados, el Centro de Atención al Talento (CEDAT) ha delineado un perfil de sus características:
En entrevista con Vive USA de EL UNIVERSAL, Andrew Almazán señala que no debe confundirse la sobrecapacidad intelectual con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDH).
“En México hay un gran número de niños sobreidentificados con TDH. De cada 3 diagnósticos de TDH, dos son sobredotados y fueron mal diagnosticados. Los niños sobredotados sí se distraen, pero es porque están aburridos”, explica.
“Es más fácil decir que es TDH porque, de alguna manera, ya hay un tratamiento. La culpa entonces la tiene el alumno y no se busca un proceso de intervención”, agrega. Comparte que en Estados Unidos sí hay casos de malos diagnósticos, pero cada vez son menos porque hay consecuencias legales por mala praxis médica.
Los niños genio desarrollan intereses poco comunes para su edad. A los 5 años pueden interesarse por el calentamiento global e incluso problemas sociales y políticos. Pueden aprender múltiples idiomas o interesarse por tocar instrumentos musicales.
“Ser sobredotado no implica sacar 10. Sacar una mala calificación no descarta la inteligencia porque lo que están calificando una adaptación al sistema”, dice.
Para Dafne Almazán, experta en estudios sobre el aprendizaje, el acompañamiento de los padres es clave para el desarrollo de un niño sobredotado.
“En mi caso, que mi papá estuviera apoyándome durante todo el proceso fue sumamente importante. No solamente por la parte económica, sino también por el apoyo emocional. Los padres pueden demostrarle a sus hijos que ser diferentes es algo bueno”, dice en entrevista.
Aunque la carrera de los hermanos ha sido brillante, han tenido que sortear obstáculos en su camino. Dafne tuvo que romper estereotipos tanto de edad como de género. Cursó la preparatoria a los 8 años y demostró su capacidad ante las autoridades.
Cuando Andrew entró a la universidad, aún no estaba permitido que un niño de 12 o 14 años cursara una licenciatura. Enfrentó obstáculos administrativos y legales. “Eso ha ido cambiando y es un avance favorable. Ya no hay razón para que los frenen. A veces era la oportunidad de hacer un examen de admisión”, cuenta.
Estudiar en universidades de élite como Harvard y Yale fue un privilegio para Andrew. Ahora quiere aplicar su conocimiento en proyectos que impulsen la educación en México, en especial la de niños sobredotados.
Sus investigaciones han demostrado la importancia de empezar a trabajar con los niños desde que son pequeños. “A los 8 o 9 años de edad es cuando tenemos resultados más prometedores”.
En 2013, Dafne, fue elegida en la edición de Las 50 mujeres más poderosas de México de la revista Forbes. “Fue algo muy impactante para mí. Ahora mi objetivo es el poder devolver algo a la sociedad. Hacerlo con mis conocimientos, con lo que estoy aprendiendo en Harvard. Quiero regresar a México y aplicarlo para que la educación mejore”, dice.
El CEDAT enfatiza la importancia de realizar un diagnóstico oportuno de la sobrecapacidad intelectual y posteriormente el que se otorgue una atención especial diseñada para niños con inteligencia superior.