El mexicano Emmanuel Urquieta tiene 31 años y una ley de vida: trázate metas “imposibles” para que estés activo y nunca se te acaben las ganas de crecer.
Con el cumplimiento cabal de sus ideales, el médico aeroespacial participó en las misiones de simulación de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), con miras a llegar a Marte.
Durante 30 días, convivió con las astronautas en una misión simulada del espacio profundo, para entender cómo se da el liderazgo y la adaptación, entre ellos. También cómo se generan y solucionan conflictos, sentimientos y cómo se comunican. En resumen, Urquieta estudiaba los efectos psicológicos y físicos que presentan los astronautas en aislamiento; “algo muy importante para los viajes de exploración del futuro”.
Pero, ¿cómo llega un mexicano al centro de investigación espacial más importante del mundo?
La pasión de Emmanuel Urquieta por el cielo se remonta a sus tres años de edad. Su padre es ingeniero aeronáutico y lo llevaba a su trabajo en la base de mantenimiento de Mexicana de Aviación, ubicada en el aeropuerto de la Ciudad de México. Su abuelo fue piloto y, aunque nunca lo conoció, sus enseñanzas fueron transmitidas a él mediante su padre.
Estudió el bachillerato en la Escuela Mexicana de Aviación, pero al salir no tenía claro qué carrera universitaria estudiar. “Quería ser piloto, astrónomo, ingeniero, biólogo…”, dice Emmanuel y muestra su infinita curiosidad por conocer el Universo.
Finalmente, decidió estudiar medicina en la Universidad Anáhuac. En los hospitales, reconoció el valor de ayudar cuando más se necesita y, antes de especializarse en medicina aeroespacial, realizó voluntariados médicos.
Durante cinco años, Emmanuel Urquieta asistió a la Cruz Roja mexicana de Polanco para ayudar en urgencias médicas. “Todos los que estudiamos medicina queremos ayudar a las personas (o debiera ser así). Ser voluntario es una experiencia que te llena. Poder ayudar a las personas durante la situación más crítica de su vida es una gran responsabilidad, pero también una gran satisfacción”, señala el ahora residente de Houston, Estados Unidos.
La historia de su altruismo sólo comenzaba a escribirse. En 2009, viajó un mes a Nigeria, con una Organización No Gubernamental.
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Una sonrisa cruza el rostro de Emmanuel. Porta el uniforme con las siglas de la NASA y la bandera de Estados Unidos en el brazo izquierdo. El marco de su foto de perfil en redes sociales, se complementa con un uniforme espacial de un astronauta, justo detrás de él.
A los 26 años, su vida cambió. Mientras trabajaba en Cóndores, dirección general de servicios aéreos de la CDMX, se postuló para la maestría en medicina aeroespacial de la Wright State University de Ohio y se quedó.
En esa ciudad, aplicó para el programa de misiones análogas de la NASA al espacio profundo. De entre más de 600 personas, el mexicano fue elegido para formar parte del equipo que busca llevar al primer humano a Marte.
Ahí estudió los aspectos psicológicos que podrían presentar los astronautas, tras meses de aislamiento en el espacio exterior.
Mexicano en Estados Unidos…
A pesar de ser el único de nacionalidad mexicana en el programa de simulaciones, asegura que nunca fue discriminado por su origen. Emmanuel Urquieta obtuvo la nacionalidad estadounidense y llegó a un país donde las puertas se abrieron y sus compañeros aportaron a su crecimiento.
Estados Unidos se ha convertido en su hogar. Ahí conoció al amor de su vida y nació su hija, ambas son las mayores inspiraciones que tiene para salir adelante. Al preguntarle qué le ha dado al país anglosajón no tiene duda de que su pasión y dedicación por lo que hace es la mejor muestra de agradecimiento.
El médico piensa que la comunidad mexicana en EU es muy trabajadora y tiene un mensaje para sus compatriotas: “Encuentra tu pasión y pon todo tu esfuerzo para ser el mejor en ello. Siempre debes tratar de ser el mejor en lo que haces”.
Su ley de vida es trazarse metas “inalcanzables” para mantenerse activo y alcanzar sus sueños. Su próximo objetivo es terminar la residencia médica en medicina aeroespacial para después convertirse en un astronauta. Volverá a aplicar para entrar a la NASA y, quizá algún día, podría formar parte de sus tripulaciones. Está en conquista del espacio.
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¿Volver a “casa”?
Emmanuel extraña a su familia y asegura que en Estados Unidos nunca habrá un trompo al pastor como los que derriten paladares en las calles de su ciudad natal, la CDMX, pero no volverá al país.
En México no existe gran avance en su ámbito laboral, “y no es por falta de talento”. Acude a realizar conferencias y seminarios, pero nada más. El médico Urquieta considera que al país latinoamericano le hace falta desarrollo aeroespacial, pero es consciente de que enfrenta otras dificultades. “Con tanta desigualdad y pobreza, se deben tener otras prioridades”, enfatiza.
En Estados Unidos el panorama es distinto. Tiene una de las mayores inversiones en materia aeroespacial y el presidente Donald Trump no recortó un solo dólar a la NASA. El expresidente Barack Obama trazó la meta de llevar un humano a Marte en 2030, Emmanuel piensa que las posibilidades de lograrlo son grandes. “Tal vez no en 2030, pero sí en 2035… vamos por buen camino”.
Emmanuel es uno de los mexicanos que triunfan en Estados Unidos y que ha hecho de él su nuevo hogar, pero sus raíces siempre serán aztecas. Conócelo a fondo en nuestra galería.