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La semana pasada se concretó el triunfo de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos y una mujer fue clave en el éxito del empresario estadounidense, ya que ella logró reconducirlo hacia su éxito sin intentar cambiarlo.
Se trata de Kellyanne Conway, la directora de campaña de Donald Trump, quien marcó un hito al convertirse en la primera mujer que dirige la campaña presidencial de un candidato ganador en Estados Unidos.
El pasado el pasado 17 de agosto, Conway fue presentada como la nueva directora de campaña y salió del anonimato, pese a que ya había concretado apariciones como comentarista conservadora en la televisión de Estados Unidos.
Antes de eso, Trump había despedido a sus dos directores anteriores: Corey Lewandowski y Paul Manafort, quien fue perjudicado por informes de supuesta financiación irregular vinculada con el presidente ruso, Vladmir Piutin.
Durante la campaña del republicano, Conway se veía a como la encargada de moderar las declaraciones y salidas de tono del candidato, pues ella le susurraba al oído y lo hacía replantear ciertas ideas. Sin embargo, la intención de Conway nunca fue la de transformar al candidato.
Se dice que Kellyanne Conway forjó su ética laboral durante su juventud al trabajar ocho veranos seguidos como recogedora de arándanos en Hammonton, Nueva Jersey, cerca de su Camden natal. Fue nombrada Campeona Mundial de Embalaje de Arándanos.
Conway estudió ciencia política y derecho, además de que en 1995 fundó The Polling Company, la empresa de estudios de opinión que preside y que le hizo construirse un nombre de prestigio en los ámbitos más conservadores de Estados Unidos.
Así se especializó en el electorado femenino y por esa razón reconoce que lleva décadas estudiando a Hillary Clinton, algo que le ha sido muy útil para esta campaña.
Conway se casó en 2001 con el abogado neoyorquino George T. Conway III, con quien tiene cuatro hijos y algunos años después la pareja se trasladó a un departamento de la Torre Trump de Manhattan y ahí conocieron al famoso empresario.
Sus caminos se cruzaron de nuevo en marzo de 2015, cuando Trump le habló sobre su idea de lanzarse a la carrera por la Casa Blanca y le ofreció un puesto en su equipo pero Conway lo rechazó.
Incluso, Conway se puso a disposición del senador Ted Cruz, quien era rival de Trump por conseguir la nominación del Partido Republicano, pero tras el retiro de Cruz, Conway finalmente le dio el sí a Trump y en junio entró en su equipo de campaña como asesora y ahí empezó una buena química entre ambos.
Casualmente, el próximo 20 de enero, día en el que Donald Trump llegue a ocupar el cargo, Kellyanne Conway cumplirá 50 años y lo hará con la satisfacción de haber ayudado a su jefe a llegar a la Casa Blanca.