En Estados Unidos, el presidente se elige cada cuatro años desde 1951. Un presidente puede reelegirse tras un periodo en el cargo, pero no por más.
Este 2020 es año electoral. Se votará el 3 de noviembre y el mundo sabrá si Donald Trump ocupará el puesto por cuatro años más o si un nuevo mandatario llegará a la Casa Blanca.
La elección presidencial en Estados Unidos es elogiada y cuestionada alrededor del mundo porque es indirecta. Esto quiere decir que no es el voto popular quien define al ganador, sino un Colegio Electoral de conformado por 538 electores.
Sin embargo, antes de proceder a la elección presidencial, hay un paso previo en el que se eligen a los candidatos. Este proceso se denomina elecciones primarias.
Son celebradas por cada partido de febrero a julio, antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Se entienden como una serie de elecciones estatales para determinar quiénes serán los candidatos a la presidencia de cada partido.
Sirven para saber quiénes serán los delegados que asistirán a la convención del partido y por quién votarán.
De acuerdo con Hispanic Council, este “sistema de nominación fomenta la competitividad entre aspirantes. Con el resultado de las primarias, se elige el candidato nominado a la presidencia del país, que participará en la elección de noviembre frente al nominado del partido contrario”.
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Después de las elecciones primarias, los partidos celebran una convención nacional, donde anuncian quién es su candidato a la presidencia y él designa a quien será su vicepresidente.
Se centran en discursos de apoyo al candidato nominado. Durante tres días, acuden figuras icónicas de cada partido para mostrar su respaldo.
Este 2020, Joe Biden ganó más delegados en las elecciones primarias demócratas y sus contrincantes le dejaron el camino libre hacia la candidatura definitiva. Por lo que será él quien se enfrente a Donald Trump.
Debido a la pandemia, por coronavirus se retrasó la convención nacional demócrata. Por ahora, la fecha está programada del 17 al 20 de agosto en Milwaukee. Tendrá un total de 4,535 delegados. Se necesitan 1,885 de 3,769 delegados prometidos en la primera votación o 2,268 de todos los delegados (una mayoría) para la nominación.
La convención republicana será en Charlotte del 24 al 27 de agosto. Tendrá un total de 2,550 delegados. Se necesitan 1,276 (la mayoría) para la nominación. El presidente Donald Trump sería el candidato del partido.
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La elección presidencial será el martes 3 de noviembre de 2020. Está organizada bajo un proceso de Colegio Electoral. Esto significa que los ciudadanos no eligen por voto popular al presidente, sino que lo hacen indirectamente al elegir a electores en las urnas, quienes, a su vez, emitirán los votos electorales “en su nombre”.
No hay una ley que obligue a los electores o compromisarios a votar por el candidato que representan. Un demócrata puede cambiar su voto de último momento por el candidato republicano o viceversa. Sin embargo, son muy pocas las ocasiones en las que ha pasado esto. La mayoría de las veces, el elector respeta el voto popular de la región que representa.
Hay 538 votos electorales en juego. Para ganar las elecciones, el candidato deberá obtener una mayoría absoluta de votos electorales (270) que no siempre coincide con el voto popular.
Para equilibrar la balanza entre voto popular y número de electores, cada estado recibe un número determinado de electores, según la representación proporcional que tiene en el Congreso.
Por ejemplo. California tiene 55 electores y Vermont sólo 3. Por eso es tan importante ganar los estados “grandes” como California, Florida, Nueva York, Illinois o Texas, pues concentran la mayoría de electores.
“La mayoría de los estados (48) conceden todos sus votos electorales al candidato que gana la mayoría absoluta de los votos populares (50+1) en el estado”, explica Hispanic Council. Maine y Nebraska tienen una variación de representación proporcional.
Hay estados que durante años han afianzado su inclinación por el partido republicano (Texas) o por el partido demócrata (California). Por eso, muchas veces los candidatos dedican más tiempo de su campaña en estados indecisos o swing states.
La noche del 3 de noviembre o la madrugada del 4 puede saberse qué candidato obtuvo los 270 votos electorales necesarios para convertirse en presidente de Estados Unidos. Pero será hasta el 14 de diciembre, cuando los electores del Colegio Electoral emitan formalmente sus votos.
Gana las elecciones el candidato que alcanza los 270 votos electorales.
El 6 de enero, el Congreso recibe los votos electorales de los estados, los recuenta y certifica. Para el 20 de enero de 2021 se celebrará la ceremonia de investidura del presidente en las escaleras del Capitolio.
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