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La escuela tiene reglas claras, la vida es mucho más complicada, afirma Erik Barker, autor del libro “Barking at the Wrong Tree” en el que afirma que los hombres amables no siempre terminan al último y que los estudiantes destacados (valedictorians) rara vez se convierten en profesionales ricos e influyentes.

“A los estudiantes destacados les puede ir bien en la vida, pero no se convierte en multimillonarios ni son las personas que cambian al mundo”

Sus afirmaciones se basan en el estudio realizado por Karen Arnold, profesora de Boston College y autora del libro “Lives of Promise: What Becomes of High School Valedictorians” en el que les siguió el rastro a 81 estudiantes destacados después de su graduación.

90% de ellos tienes carreras profesionales, 40% ocupan posiciones de mando, bien pagadas, son un grupo consistente y bien establecido y la mayoría tiene una buena vida, pero ¿cuántos de ellos han cambiado, dirigen o impresionan al mundo? Cero.

Parece que las cualidades que llevan al éxito en la escuela no son las misma cuando se trata de destacarse en la vida.

Muchos alumnos destacados no creen que hayan sido los más inteligentes de la clase, simplemente eran los que trabajaron más fuerte, otros confiesan que simplemente hacían lo que el maestro pedía en lugar de absorber el material de estudio.

Según Arnold, los estudiantes que realmente disfrutan aprendiendo a menudo batallan para obtener las mejores calificaciones.

Mientras que los alumnos intelectuales se agobian con tensiones, los “valedictorians” se destacan.

Pero después de graduarse las cosas cambian, aquellos que absorbieron el conocimiento en lugar de “hacer la tarea” avanzan de forma distinta en la vida.

Una encuesta de 700 millonarios estadounidenses encontró que el promedio académico (GPA) en la universidad de estos es apenas de 2.9, contra el 4.0 de los destacados.

Así que no desmayes si no tienes solo 10 en tu boleta de calificaciones.

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