Desde su llegada hace ocho años al cargo de Primera Dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, definió claramente su posición--su labor tendría un propósito social que trascendería más allá de las paredes políticas de su nuevo papel.
Con la preparación de sus estudios en Harvard, Obama usó su propia voz para abogar por causas críticas cercanas a su corazón: eduación de mujeres, obesidad, nutrición, y desigualdad económica de minorías. En eventos globales como el secuestro de 200 estudiantes africanas por Boko Haram, usó el poder de las redes al defender su causa.
Campañas impulsadas durante su labor como "Let's Move" del 2010, con el fin de combatir la crísis de obesidad en el país; y "Let Girls Learn" en el 2015, para combatir el absentismo escolar de más de 62 millones de niñas, son representativas de la pasión con la que Obama ha desarrollado una misión con propósito.
Además de su lado serio, comprometido y social, esta Primera Dama demostró que era capaz de conectarse con los jóvenes a su nivel. Sin importarle las barreras la vimos bailar en la televisión, cantar karaoke, tener Snapchat, Instagram y Twitter, correr con jóvenes en las escuelas, o cultivar vegetales con niños en el primer jardín de la histórica Casa Blanca.
A sus 52 años, Michelle Obama iniciará una nueva etapa en Chicago. Allí continuará junto a Barack, Malia y Sasha, siendo la misma persona comprometida a trabajar por causas humanitarias.
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