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Estados Unidos es la tierra de grandes universidades y científicos. Su población tiene mayor acceso a la educación superior, comparado con otros países miembros de la OCDE. Sin embargo, parece que el país comienza a estancarse en materia educativa.
En 2016, se redujo en cuatro puntos el porcentaje de personas que pueden cursar la universidad. Además, los estadounidenses ahora tienen que competir en una fuerza laboral mundial cada vez más competitiva.
De acuerdo con el informe Panorama de la Educación 2017, los profesores estadounidenses ganan, en promedio, 60% menos que los maestros de otros países en desarrollo.
Jenny Anderson señala en el portal Quartz que existe amplia evidencia de que la calidad de los maestros es el ingrediente clave para elevar los estándares educativos, más que el dinero gastado, el tamaño de la clase o el plan de estudios. Su bajo salario influye.
Además, “los maestros estadounidenses pasan un 38% más de tiempo frente al aula que sus compañeros internacionales: 981 horas, comparado con un promedio de la OCDE de 712 por año”.
La desigualdad educativa también es un tema preocupante. En otras regiones de América, la educación es una herramienta para borrar las fronteras de la pobreza y riqueza. En Estados Unidos, puede exacerbar las disparidades socioeconómicas. “Depende de la escuela a la que van y la ciudad donde viven”. Sólo el 19% de las personas cuyos padres no asistieron a la universidad podrán hacerlo.
En nuestra galería, más datos para entender el bache educativo de Estados Unidos.