En épocas pasadas y antes de los movimientos pro animales, los gatos y perros sólo eran mascotas que jugaban, hacían del baño y dormían todo el día, no se humanizaban como actualmente sucede en las nuevas familias.
Ahora los animalitos no sólo ladran y maúllan, también visten a la moda, son celebridades millonarias en las redes sociales y son los perrhijos de los millennials que se niegan a tener hijos humanos.
Ante este fenómeno de humanización, hay especialistas que creen que esta tendencia es consecuencia de vínculos humanos disfuncionales, y que los derechos animales se ven violados, ya que el perro no puede ser un simple perro flojo y tragón, sino que tiene que ser parte de algunos cumpleaños, tiene que aprender a bailar y cantar.
Esta tendencia modifica hasta las industrias alimentarias en Estados Unidos, un informe del Mercado Estadounidense de Alimentos para Mascotas informa que del 2012 al 2017 las ventas de golosinas para mascotas aumentaron un 29% ante las cifras de la venta de alimentos comunes para mascotas.
Y eso no es todo, con la llegada de internet y de las nuevas generaciones, los pequeños peludos han evolucionado hasta el grado de tener un idioma reconocido por los fanáticos de estas especies, ya no ladran, sino que emiten un sonido llamado “bork” para comunicarse con sus padres, no se les conoce por sus razas ni por sus características, sino que los bautizan como “Doggos”.
Incluso hay diccionarios y cuentas en las redes sociales especializadas en descifrar el nuevo lenguaje de las mascotas para comprender sus acciones y ruidos. En el idioma español esto suena un poco extraño, pero es verdad.
Si no me crees, checa la galería, te dejo con algunos otros términos que enlista la página Mental Floss para que aprendas a comunicarte con las mascotas/hijos.