El cambio climático es uno de los principales retos globales. Ya tiene un impacto directo en los ecosistemas naturales y en la calidad de vida humana. Pero el aumento de las temperaturas también tendrá consecuencias para la industria de la aviación.
Según un estudio de la Universidad de Columbia, el calentamiento global hará más difícil el despegue de los aviones durante las próximas décadas. “Durante los lapsos más calurosos del día, entre el 10 y 30% de los aviones deberán quitar combustible, bajar pasajeros o esperar horas más frías para volar”, señalan en la revista “Climatic Change”.
La explicación de Ethan Coffel, uno de los autores principales, es que a medida que el aire se calienta, éste se extiende y su densidad disminuye. “En el aire más delgado, el avión genera menos elevación cuando corre a lo largo de una pista. Por lo tanto, una aeronave puede ser incapaz de despegar con seguridad si la temperatura es demasiado alta”.
Como consecuencia, cada vez más vuelos serán retrasados o cancelados. El 20 de junio de 2017, la aerolínea estadounidense American Airlines se enfrentó a un problema inusual que la llevó a la cancelación de 50 de sus vuelos en Arizona y es que el termómetro en este lugar marcó 49°C.
Los especialistas prevén que, en todo el mundo, las temperaturas hasta 3°C en los próximos sesenta años. Pero las máximas diarias en los aeropuertos tienen proyectado subir de 4 a 8°C, a partir de 2080.
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