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"Nuestros militares deben estar concentrados en una victoria decisiva y aplastante, y no puede cargar el peso del tremendo costo médico y los trastornos que personas transgénero representarían", justificó el presidente en su cuenta en Twitter.
El mandatario agregó que la decisión había sido tomada "después de consultas con mis generales y expertos militares".
En junio, el secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, había suspendido por seis meses un plan diseñado durante el gobierno de Barack Obama para aceptar reclutas transgénero.
Cifras estimativas del Pentágono indican que entre 2.500 y 7.000 personas transgénero sirven en las diversas ramas de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
La cuestión de los derechos de personas transgénero se convirtió en 2016 en el centro de una espectacular controversia a raíz de la adopción de regulación en cada Estado sobre la utilización de baños públicos comunes.
Ya en febrero el gobierno de Trump había enfrentado protestas por la decisión de suspender una normativa adoptada por la administración de Obama, que impulsaba a las escuelas públicas a permitir que estudiantes utilicen el baño correspondiente a su identidad de género.
El más famoso militar transgénero en Estados Unidos es la ex analista de inteligencia Chelsea Manning, quien pasó siete años en la cárcel por filtrar decenas de miles de documentos reservados de las Fuerzas Armadas al sitio web WikiLeaks.
Manning ingresó a las Fuerzas Armadas y comenzó su carrera militar como el soldado Bradley Manning. Durante su período en prisión comenzó su tratamiento hormonal y el proceso de transición hasta adoptar su nuevo nombre.
Perdonado por Obama en los últimos suspiros de su gobierno, Manning es aún empleado del Ejército estadounidense y mantiene los beneficios de esa función, pero se transformó en un ícono para los activistas por los derechos de las personas transgénero.