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El árbol gigante del Rockefeller Center es el ícono más importante de la Navidad en la ciudad de Nueva York, pero su estancia en la ciudad no es para siempre.
Desde hace 88 años, el Centro Rockefeller selecciona a un hermoso y enorme árbol para adornar el centro de Manhattan.
Cada año, el árbol llega a la ciudad de Nueva York para instalar miles de luces y una enorme estrella con cristales Swarovski. No obstante, al terminar las fiestas de fin de año, el abeto deja de adornar el Centro Rockefeller y la tradicional pista de hielo.
El grupo de expertos en jardines busca los ejemplares más hermosos en todo el país y al seleccionar al indicado, donan un árbol para que los dueños lo planten en el espacio que deja vacío.
Para no desperdiciar el hermoso árbol seleccionado, las autoridades del centro lo donan a la organización Habitat for Humanity en cuanto se retira la instalación navideña en Manhattan.
Según los expertos, este tipo de madera se utiliza para rellenos, uniones o refuerzo de marcos, al igual que para pisos y muebles.
Desde 2007, la asociación corta la madera del árbol más famoso de Nueva York para construir casas para las personas que no tengan los recursos suficientes para tener una vivienda.
Fragmentos del majestuoso ejemplar han sido utilizados para construir hogares en estados como Mississippi, Connecticut, Nueva Jersey, Pensilvania y, por supuesto, Nueva York.
La tradición de instalar un árbol navideño en el Centro Rockefeller se originó en 1931, cuando un grupo de trabajadores adornaron un abeto para celebrar las fiestas de fin de año con sus familias.