“Si no sintiera mis pies firmemente anclados debajo de mí, sería tentador imaginar que estoy flotando en el espacio. Suspendido boca abajo en un cuenco de estrellas, el universo entero de millones de puntos de luz atraviesa el cielo oscuro antes del amanecer.”
La casa de Tavaputs, Darby Doyle.
Utah es uno de los maravillosos estados de la Unión Americana que alberga los más grandes misteriosos paisajes a lo largo y ancho de su territorio, desde las veredas rojas hasta los cielos estrellados más bellos del norte.
Su nombre proviene de la palabra “yunta”, apelativo con el que los españoles denominaron a las tierras de los indios shoshones cerca del lago Utah. Este topónimo es la modificación de la palabra “qusutas” con la que el padre franciscano Gerónimo Zárate Salmerón designó al pueblo en 1620.
Antes del siglo XVIII, el estado acunaba a múltiples etnias amerindias y tribus nativo americanas que le dieron origen a la variada población actual del estado hasta la llegada de los primeros europeos en 1776.
Misioneros españoles procedentes de Santa Fe viajaron al norte hasta el lago Utah, reclamaron la región y más tarde lo hicieron los mexicanos, sin embargo, la demarcación pasó a manos de los estadounidenses en 1848 después de la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo junto con territorios que ahora comprenden los estados de California, Nevada, nuevo México, Texas, partes de Arizona, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
Se fundó como el estado número 45 en 1896 y un año antes de ser tomada por Estados Unidos, Salt Lake City se convirtió en su capital y, en pleno siglo XXI, es su núcleo más poblado y la zona más importante gracias a su economía, comercio y multiculturalidad de inmigrantes.
Uno de sus asentamientos más longevos es el mormón, el estado es muy popular por esta religión que aceptaba la poligamia y favorecía la llegada de conversos europeos, en 1846 los mormones perseguidos por sus creencias en Ohio, Missouri e Illinois se refugiaron en el entonces territorio mexicano, el primer grupo religioso llegó a Salt Lake City en 1847.
Tiene regiones geográficas distintas, cinco parques nacionales, 44 estatales, cinco sitios y senderos históricos nacionales, monumentos y áreas de recreación lo que le permite ser uno de los principales destinos ideales para cualquier visitante que quiera recorrerlo.
Utah le debe paisajes, cultura y diversidad a más de 12 mil años de historia humana que hoy en día pueden disfrutar locales y foraneos. Ha sido locación de cientos de comerciales y filmes, entre ellos de la dramática historia de 127 horas (2010) protagonizada por James Franco en el Parque Nacional de Canyonlands, fue pieza clave para que Sherlock Holmes descubriera un impactante caso en Estudio en Escarlata (1887), El llanero solitario (1956) en Kanab, entre otras.
Gracias a estas historias desarrolladas en riscos, senderos y cañones de Utah, se ha ganado el apodo de “Little Hollywood” y visitas de millones de turistas al año que esperan revivir sus westerns favoritos o recorrer sus extensos caminos.
El clima es agradable a lo largo del año, el estado ofrece desde cálidos para vacacionar con la familia tranquílamente o pasar un invierno extremo en las montañas practicando esquí y bebiendo bebidas calientes, viajar en bote o tren; u observar el cielo estrellado en los parques nacionales.
Ya que los acantilados de roca roja, los desiertos interminables, las Montañas Wasatch y las ciudades rurales denomina la belleza del estado.
En la galería te dejamos con 10 atractivos que no te puedes perder para seguir descubriendo la belleza de este lugar.