Llegó el otoño y, con él, los fantásticos paisajes que se transforman en explosiones de colores rojizos, ocres y amarillos, que contrastan con el cielo escandalosamente azul de Arizona.
Qué mejor pretexto que hacer un roadtrip diferente, fuera de lo ordinario, disfrutando la sana distancia, los grandes espacios al aire libre, los cielos estrellados y hasta los mitos y leyendas de sus muchos y muy variados Pueblos Fantasma, que son mucho más que la diversión de la temporada de Halloween y nos cuentan infinidad de historias sobre familias enteras -aventureras, emprendedoras y pioneras- que siempre creyeron en un futuro mejor, y lo encontraron en Arizona.
Su legado hoy, son estos antiguos pueblos mineros convertidos en Pueblos Fantasma, de los que te contaremos apenas sobre unos cuantos.
Fundado en 1876, en el Norte del estado, este centenario pueblo fue la sede de la mina más rica del mundo propiedad de un solo hombre. Desde 1967 es reconocido como Monumento Histórico Nacional aunque, en su época de apogeo, fue la tercera ciudad más grande de Arizona que también era conocida como “la ciudad más perversa” del Oeste, por la cantidad de espacios para la “mala vida” que tenía. Este fue el mayor productor de cobre, oro y plata en Arizona hasta que cerró sus minas en 1953, para convertirse en el pueblo fantasma más grande del oeste.
Hoy, Jerome ha tomado un segundo aire y se ha revitalizado para convertirse en una comunidad artística, llena de galerías de arte. Además, como parte de uno de los corredores vitivinícolas del estado, el del Verde Valley, cuenta con una amplia selección de salas de degustación de vinos, tiendas especializadas únicas, restaurantes, hoteles y Bed & Breakfast
Y ya que estamos en el Norte, tienes que venir a Oatman, un pueblo que hoy es habitado por más burros salvajes que personas.
Oatman debe su vida y la persistencia en la memoria de muchos a la nostalgia de la Ruta 66 y los casinos cercanos. Este es un auténtico pueblo del Viejo Oeste, con sus banquetas de madera, los duelos callejeros organizados y -no podían faltar- las tiendas kitsch donde, si quieres, podrás adoptar a tu propio burro.
Además de divertirte con los cuentos y leyendas de Oatman, en sus alrededores podrás realizar diversas actividades al aire libre, como caminatas, campamentos, caza, fotografía y escalada en roca.
A 45 kilómetros al noreste de Kingman, Hackberry fue fundado en 1874 tras el descubrimiento de grandes yacimientos de plata en el lugar, lo que contribuyó a su rápido crecimiento.
El lugar se caracterizó por tener grandes cambios a lo largo de su historia. Actualmente, se ha convertido en una parada obligatoria para todos aquellos que cruzan por la Ruta 66; ya que muchos de sus edificios, negocios e incluso vehículos antiguos aún se preservan.
De los lugares más sorprendentes, divertidos e inesperados de Arizona, Bisbee es, sin duda un lugar fuera de lo común: caprichoso, colorido y quizás un poco embrujado, se trata de una joya escondida casi en los límites con México. Reconocido como "Mejor pueblo histórico de Estados Unidos" y entre "Los mejores lugares para visitar” en años recientes, Bisbee es “un lugar único donde el pasado choca con el presente en un caleidoscopio de pasión, arte, color y amabilidad".
Algunos lo conocen como “San Francisquito”, por el parecido de su arquitectura e historia minera con las de la ciudad de California, pero, además, aquí vas a encontrar actividades culturales como el Bisbee Farmers Market y el parque de béisbol más antiguo de Arizona, junto con eventos únicos como el Historic Home Tour, el Bisbee Stair Climb, Bisbee Pride, la Cata anual de chocolate, y Alice in Bisbeeland, entre otras, que definen a una comunidad dedicada a la aceptación y el entretenimiento. Por supuesto, no puedes dejar de hacer el Old Bisbee Ghost Tour, donde conocerás a los difuntos de la ciudad. Y, para cerrar con broche de oro, no dejes de tomarte una foto -o muchas- en Lowell o en Shady Dell, donde podrás pasar la noche.
Ubicado a 40 millas al este de Phoenix, Goldfield Ghost Town es un excelente punto de partida para explorar Apache Trail, en el Centro del estado. A fines del Siglo XIX, ésta era una comunidad en auge, con una población de entre 3 y 5 mil personas; contaba con tres cantinas, un hotel, pensiones y un almacén general. Y todo giraba alrededor de 50 minas en la zona que eventualmente cerraron, dejando al pueblo en el abandono.
Hoy, Goldfield ha sido reconstruida y en ella puedes visitar tiendas y edificios históricos, la mina de oro Mammoth, el Museo Goldfield o bien buscar oro por tu cuenta o presenciar un tiroteo al estilo del viejo Oeste. También podrás explorar las Superstition Mountains donde podrás practicar senderismo en los kilómetros enteros de senderos de la región.
Esta lista no podría estar completa sin Tombstone, un lugar prácticamente estacionado en la historia. Si te gustan las películas del Viejo Oeste, te sentirás como un genuino John Wayne caminando por las banquetas de madera a lo largo de la polvorienta calle principal de la verdadera ciudad minera de Tombstone. Ojo: Esto no es un set de película. Es un auténtico pueblo del Viejo Oeste, conservado como tal.
A fines del Siglo XIX, esta ciudad alcanzó su auge gracias a la minería. Conocerás el teatro, salones de baile y cantinas donde los mineros se divertían después de sus largas jornadas de trabajo. En 1886, las minas se inundaron y fueron abandonadas, pero la "ciudad demasiado resistente para morir" no se ganó su apodo por nada y hoy es un destino turístico por derecho propio en el que podrás revivir los tiroteos que hicieron famosa a la ciudad en cada esquina, la más notable en el icónico O.K. Corral.
Con información de Visit Arizona.