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Las migraciones climáticas "ocurren en todo el planeta" motivadas a veces por el deshielo, como en el caso de Alaska, o porque la subida del nivel del mar sala los acuíferos, como sucede en los pequeños Estados insulares del Pacífico, ha advertido a Efe la doctora en derecho ambiental Beatriz Felipe.
No obstante, Felipe ha matizado que la conceptualización de las migraciones climáticas "es controvertida", ya que es difícil identificar cuándo se están marchando las personas por el impacto de la crisis climática o por situaciones de pobreza generalizada.
Las migraciones "siempre son complejas y multicausales" aunque ha explicado que existen lugares donde las razones climáticas "son obvias, como cuando hay una elevación del nivel del mar que afecta a las infraestructuras".
Así, los factores ambientales interactúan con los políticos, económicos y demográficos, de modo que en el caso de países africanos como Mali, Costa de Marfil o Camerún "lo que motiva que la gente abandone un territorio suele ser una combinación" de escasez de agua, sobreexplotación de los recursos naturales, cambio climático, conflictos armados y persecución.
Esta especialista ha querido destacar la existencia de las llamadas 'trapped populations' (poblaciones atrapadas): las que rehúsan moverse de su hogar por alguna razón o bien "carecen de recursos socioeconómicos para poder migrar", como sucede sobre todo en el Sahel africano, una zona arrasada por la pobreza y sequía.
Felipe confiesa desconocer por qué en el último año se ha acentuado la avalancha migratoria irregular hacia Canarias, mientras descendían las rutas que cruzan el Mediterráneo, pero ha indicado que en este caso "está motivada más bien por factores políticos y económicos", aun sin descartar que también pudiera influir el factor climático.
En todo caso, la crisis climática "no afecta a todos por igual", ya que debilita más a los países con medios limitados para afrontar las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos y cuyos medios de subsistencia dependen del clima y, "paradójicamente, los impactos climáticos afectan más a aquellos países que menos huella de carbono generan.
"Siempre pongo el mismo ejemplo en mis charlas: Holanda lleva muchos años viviendo por debajo del nivel del mar, pero ha podido invertir cuantiosos recursos económicos y tecnológicos en hacer frente a la situación, mientras que Bangladesh ya sufre terribles inundaciones y tormentas sin contar con medios para enfrentarlas", ha resumido.
En todo caso, la degradación ambiental y los efectos del cambio climático están incrementando o acelerando los flujos migratorios", ha coincidido con Felipe la directora del Departamento de Programas de Greenpeace, Cecilia Carballo, puesto que los fenómenos climatológicos extremos como inundaciones, tifones y huracanes se dan ahora “con mayor recurrencia”.
Según ha explicado a Efe, este deterioro impide a muchas personas acceder a un sustento básico por lo que se trasladan de manera forzosa la mayoría de veces dentro de un mismo país y “sólo en los casos extremos se produce un cambio de continente”.
Carballo ha comentado el actual debate sobre si los desplazados por causas climáticas deberían recibir la categoría de 'refugiados', figura recogida en la Convención de Ginebra que de momento sólo hace referencia a aquellas personas obligadas a huir de su país a causa de conflictos activos o persecución por motivos políticos, y no se ha mostrado especialmente partidaria de ampliar la definición.
"En lugar de eso, sería más interesante desarrollar un marco jurídico internacional hacia figuras de protección que den respuesta a esta clase de cuestiones", ha afirmado.