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¿Qué te hace feliz? ¿Una buena comida, tu familia, amigos, las cosas materiales… viajar?
Una nueva investigación encontró que precisamente las personas que disfrutan viajar son las que experimentan más felicidad, siempre y cuando sean viajes espontáneos.
Desde que surgió la pandemia, los viajeros rompieron con la regla de planear sus vacaciones y se inclinaron a vivir cada instante sin planificar ni pensar de más.
Es por eso que ahora, que las condiciones de viaje se han facilitado y las restricciones de salud están en su nivel más bajo, las personas comenzaron a reservar más viajes en el último minuto lo que se ha hecho una tendencia que les genera felicidad.
Skyscanner, una herramienta de búsqueda global para la reservación de hoteles, vuelos y más servicios de viajes, realizó una encuesta para revisar las tendencias dentro de la industria luego de la pandemia.
Al menos el 53 por ciento de los encuestados en Estados Unidos reveló su inclinación a los viajes espontáneos, sin mayor planeación, a lugares de los que no saben nada.
De hecho, el 56 por ciento dijo que llega a los aeropuertos sin ningún plan ni destino en mente, con la esperanza de encontrar algo en las taquillas o pantallas de horarios.
Por su parte, el 77 por ciento se calificaron como totalmente espontáneos; el 54 por ciento informó haber reservado de forma previa un viaje espontáneo y el 46 por ciento dijo que la idea de partir a un lugar desconocido sin planes los hacía sentir más emocionados.
En el informe, los encuestados dijeron que estaban adoptando esta tendencia debido a que querían vengarse de la pandemia y los cierres masivos que duraron casi dos años.
“El impacto de la pandemia y las restricciones de viaje en constante evolución han reavivado el apetito por los viajes espontáneos, con tres cuartas partes de los encuestados de Estados Unidos diciendo que los eventos de los últimos dos años y medio años y medio les han hecho querer ser más espontáneos”, dijo en el informe Laura Lindsay, experta en viajes globales de la plataforma.
Dentro de la investigación también se tomó en cuenta las repercusiones psicológicas de la nueva tendencia de viaje.
La psicóloga Emma Kenny expuso el estrés que genera planificar y llevar a cabo el proceso de viaje y la forma en que afecta al momento de tomar decisiones.
“Un estrés común es la toma de decisiones involucrada en el proceso de planificación de vacaciones. Esta es la razón por la que renunciar a la organización metódica que tan a menudo va de la mano con unas vacaciones planificadas y, en su lugar, elegir disfrutar de un descanso improvisado puede ser tan liberador. Nada es tan emocionante como ver un lugar nuevo por primera vez, y la emoción y la gratificación instantánea que conlleva”, explicó.
La psicóloga agregó que tomar el riesgo de subir a un avión sin un plan o hacia un destino desconocido aporta beneficios psicológicos, ayuda a derribar límites, mejora la actitud y aporta una sensación de aventura, “que es verdaderamente liberadora”.