El gobierno estadounidense toma acciones cuando sus ciudadanos viven crisis en el extranjero: sismos, inundaciones, crisis humanitarias… pero éstas siempre dependen de su naturaleza y gravedad.
En algunos casos, sólo necesitan proporcionar información sobre las áreas de disturbios y dónde buscar ayuda. En situaciones más graves, recomiendan a sus ciudadanos que abandonen el país extranjero y, si no hay transporte comercial disponible, proveen asistencia.
Siempre se priorizará la salida a través de vuelos comerciales y transporte regular, cuando la infraestructura está intacta. “En situaciones extremas, donde la infraestructura local está dañada o gravemente comprometida, trabajamos con el gobierno anfitrión, otros países y otras agencias del gobierno de los Estados Unidos para arreglar el transporte fletado o no comercial para los ciudadanos estadounidenses que desean partir”.
Las expectativas de rescate usando helicópteros y soldados estadounidenses se queda en una idea Hollywood. Cualquier ayuda de salida conlleva un enorme esfuerzo logístico. Tras las crisis las condiciones de seguridad limitan la capacidad de movimiento.
Dependiendo de la emergencia, los costos de evacuación son responsabilidad de quien los solicite. En eventos de mayor magnitud, puede cobrarse el equivalente a un vuelo comercial o reembolsar el total.
En nuestra galería, continúa leyendo lo que el Departamento de Estados Unidos puede hacer y no, para atender a sus ciudadanos durante una crisis en el extranjero.