Con la emoción y la anticipación de un partido tan esperado, las fanáticas del fútbol llegaron de todas partes de las dos naciones luciendo bellas.
Como era de esperarse se vieron toda clase de atuendos deportivos, pero también se pudieron ver otros que señalan el orgullo con el que sus modelos decían ser mexicanas... y por supuesto que no podían faltar las botas vaqueras para las norteamericanas.
Diana López, estudiante de Kinesiología, y fanática de Las Chivas, vino desde el Valle de Texas, luciendo un traje de diosa Azteca para traerle la suerte al TRI, lamentablemente no fue suficiente para que su selección ganara.
Del otro lado Hannah Kuhl, estudiante de Biología en la universidad Trinity de San Antonio, y también jugadora centro campista de los Tigres por cuatro años, acompañada por otras dos amigas estudiantes, lucían deportivas casuales con las botas tejanas y los colores de la bandera estadounidense.
De lo más representativo del ambiente del juego era la fusión de las dos culturas tan sin igual, y muchas de las hinchas como Candice que vino desde Dallas, lucía un modelo con la corona de la estatua de la libertad y la bandera mexicana, con orgullo por las dos sangres que corren por sus venas.
El estadio estaba inundado de parches multicolores y dependiendo de la sección, unos eran blanco, rojo, azul o verde, rojo y blanco. Así que se puede decir que la moda del encuentro se realizó dentro de una fiesta multicolor con espíritu de amistad.